La guerra no es la solución


(EVITÉMOSLA TAMBIÉN EN ALBACETE)

Quienes firmamos este llamamiento a la movilización contra la guerra fuimos hace años miembros activos del MOC (Movimiento de Objeción de Conciencia). Con acciones de protesta noviolenta y a través de la desobediencia civil contribuimos al fin del servicio militar obligatorio, al tiempo que difundíamos propuestas de cultura de paz y desmilitarización social, como formas de desactivación de las causas de las guerras, la carrera de armamentos, la proliferación nuclear y la imposición de la fuerza bruta y la violencia en la resolución de los conflictos.

Terminó la odiosa manera de obligar a la juventud a aprender el oficio de la guerra, pero, como antimilitaristas, nunca nos pudimos sentir satisfechos, jamás logramos sacudirnos la preocupación profunda que animó nuestra lucha como objetores de conciencia e insumisos. Tras el fin de la Guerra Fría, con la desaparición del Pacto de Varsovia y el Telón de Acero, mientras que la OTAN persistía y hasta se expandía de manera peligrosamente irresponsable, han continuado vigentes tanto las expresiones más cotidianas del militarismo que alimenta las injusticias sociales y los conflictos armados, como el inmenso arsenal nuclear que amenaza a la humanidad entera con la destrucción y la barbarie.

Esta realidad, que nos implica como especie, que incumbe a la ciudadanía en general y que conmueve especialmente a quienes desde diferentes ámbitos luchan por un mundo de paz y justicia y un planeta limpio y equilibrado, lamentablemente, afecta de una manera muy singular a toda la población de Albacete. Nuestra ciudad se ha convertido en un punto importante de las relaciones geoestratégicas y militares. Albacete es un nodo de relevancia en el mapa de la OTAN, con todas sus consecuencias.

LA GUERRA EMPIEZA AQUÍ. Hemos estado diciendo durante años que la guerra empieza aquí, no por el hecho de que se trate de un eslogan pedagógico que está en perfecta sintonía con el movimiento altermundializador: “piensa global, actúa local”. Muy a nuestro pesar estábamos situando a nuestra tierra en el mapa de las guerras que se estaban librando, porque aquí se entrenaba y se preparaba la participación española en las mismas. Y ahora, con la preocupación aún más a flor de piel, debemos volver a recordarlo porque, evidentemente, con la amenaza de la extensión de la guerra por el suelo europeo, la base de la OTAN albacetense quedaría situada en ese mapa de los objetivos militares prioritarios.

PAREMOS LA GUERRA. A los agentes de poder implicados en los conflictos siempre les hemos exigido: “parad la guerra”. Y a la sociedad en su conjunto le hemos dicho que quizás eso solo era posible si asumíamos el mensaje de otra manera más activa: “paremos la guerra”. ¿Qué podemos hacer en España en general y desde Albacete en particular? Pensémoslo con conciencia, en común y, si es posible, sabiendo que el conflicto alimenta tanto la ansiedad como el desconocimiento, una combinación muy peligrosa.

En efecto, cualquier acción debe partir de una toma de conciencia. Debemos ser muy conscientes, por incómodo que parezca, de que no hay soluciones fáciles e inmediatas. Y si queremos ayudar de verdad, huiremos de ese tipo de pulsiones de indignación que generan actitudes que potencia la propia guerra, como el afán de venganza, el odio, la deshumanización y el embrutecimiento del enemigo. Cualquier alternativa a la guerra perseguirá la humanización del conflicto para una resolución pacífica y justa del mismo.

Las personas que firmamos este llamamiento, al igual que el resto de la sociedad, nos sentimos conmovidos y asustados por la situación que ha provocado la invasión militar de Ucrania, con las desoladoras consecuencias que estamos viendo (muerte, destrucción, exilio, dolor, resentimiento y, con todo ello, más militarismo). La guerra, ese lamentable fenómeno que ya asolaba a las sociedades de otros territorios alejados, en conflictos mortíferos no pocas veces olvidados, es ya una triste realidad en Europa. Y con la realidad de la guerra también ha llegado la retórica del belicismo y de las políticas armamentísticas, las cuales, para alegría de los mercaderes de la industria militar, se ofrecen de manera torticera como si se tratara de una vía inevitable.

La guerra era evitable, pero ahora que ya está en proceso, no podemos verla como la solución que puede acabar con la guerra misma. Al contrario, la guerra y la ayuda a la guerra se retroalimentan y nos sitúan ante un umbral de posible no retorno. Instamos pues, como la mayoría de la sociedad civil, a que se implementen las políticas basadas en la diplomacia y la desescalada al tiempo que se ayuda a las víctimas y se acoge a la gran cantidad de personas que huyen de la guerra y de la brutal agresión del ejército ruso. Pero, además, y en un sentido más profundo y preventivo, proponemos:

  1. Acabar con la exportación de armamento como manera de no alimentar la guerra y de manifestar un firme compromiso de nuestro país con la paz, instando a la prohibición internacional de cualquier tipo de armamento. En todo caso, informar sobre la compraventa de armamento y tecnología de uso militar (o de doble uso, es decir, la que acaba finalmente solo con uso militar) del conglomerado de la TEDAE (Asociación Española de Tecnologías de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio) a la Federación Rusa en los últimos años. Asimismo, se debe impedir el acceso a España de cualquier ciudadano/a de Rusia implicado en el negocio armamentístico, bloquear sus cuentas e intervenir sus propiedades.
  2. Apoyar las acciones colectivas de resistencia civil contra el ejército invasor, todo esfuerzo resistente noviolento de la población ucraniana para contener la invasión y todo esfuerzo resistente noviolento de la población rusa para denunciarla, además de promover la deserción entre las tropas de ambos contendientes y garantizar el estatuto inmediato de refugiado político de tales desertores/as. En esta misma línea, se debe exigir a los gobiernos ruso y ucraniano el respeto a la objeción de conciencia al reclutamiento militar.
  3. Acoger a la población ucraniana que huye de la guerra con ese mismo estatuto, conceder estatuto de refugiado a la población rusa represaliada por su oposición a la guerra que lo solicite.
  4. Exigir la salida de España de la OTAN y denunciar públicamente su irresponsabilidad en los años previos a este conflicto.
  5. Promover en Albacete la desmilitarización del territorio, principalmente, y por lo que en estos tiempos se impone con urgencia, la Base Área de los Llanos, el campo de maniobras de Chinchilla y todas las infraestructuras militares de la OTAN.

En Albacete, a 14 de marzo de 2022

  • Pedro Oliver Olmo
  • Julián García Olivares
  • José Sánchez Sánchez
  • Fernando González Cantos
  • Ma José Lorenzo López
  • Juan González Reyes
  • Emilio García Ladrón de Guevara
  • Antonio Jesús Gómez López
  • Luis Roncero Heras
  • Elena Fernández Leal
  • Gabriel Martínez Gómez
  • José Ángel Arroyo
  • Carlota Gómez

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