Coordinar la acción directa noviolenta con la construcción de paz

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Quiero presentar hoy un material llamado SNAP, una guía de acción.  La tesis fundamental de las autoras es que resulta ventajoso coordinar la acción directa noviolenta con las iniciativas de construcción de paz.  Y recomendamos su atenta lectura porque estamos de acuerdo con su tesis y puede ser beneficioso para el movimiento pacifista español analizar sus propuestas.

Lo ha publicado en 2018 USIP (Instituto de la Paz de Estados Unidos), curiosa universidad por la paz fomentada desde el más rancio militarismo norteamericano como analizamos en un artículo anterior.   Las autoras son Nadine Bloch y Lisa Schirch, que se presentan en la página 20 de esta guía.

Nadine Bloch — Beautiful Trouble
Nadine Bloch

Dos dudas y otra que no lo es

Primera duda:  ¿cómo puede ser que, después de demostrar que el término “universidad de paz” es demasiado dudoso si lo aplicamos a USIP, aboguemos por promocionar un artículo publicado por ellos?

La respuesta es sencilla:  porque nos convence el planteamiento de las autoras, Bloch y Schrich, y hemos de ser finos e inteligentes a la hora de enjuiciar a estas autoras y su trabajo a pesar de dónde provenga la publicación.

¿Puede ser que a una “universidad de la paz” intervencionista y militarista 100% no se le caigan los anillos a la hora de apoyar argumentos y propuestas noviolentas?  Desde su perspectiva la respuesta puede ser positiva si tenemos en cuenta cuatro argumentos:

  • muy probablemente considerarán que la publicación de este trabajo no supone una modificación del 99’99 % de su esencia intervencionista y militarista.  Es peccata minuta;
  • la publicación de SNAP puede, incluso, servirles como lavado de cara y como justificación de que son una verdadera universidad de la paz;
  • la publicación puede ser útil para seguir fomentando la agnotología y la desinformación militarista, confundir a la sociedad y, sobre todo, llevarla a la inacción;
  • la publicación puede servir, también, para abrirse paso y contactar con capas de la sociedad civil de raíz noviolenta para poder usarlas para sus espurios intereses.

Es decir, pierden muy poco o nada, y quizá puedan ganar algo.

Segunda duda:

¿Cómo es que dos personas activistas noviolenta buscan el apoyo de una institución tan taimada como USIP para publicar su trabajo?

  • quizá no encontraron otra forma de financiación para publicarlo y divulgarlo (esta historia, la falta de apoyo para publicar los trabajos de la desaparecida Utopía Contagiosa fue una constante.  No tuvimos casi ningún apoyo desde la izquierda ni desde lo alternativo);
  • quizá no sean tan críticas con USIP, lo cual nos plantearía una duda considerable sobre la ubicación política de las autoras (de esto no tenemos información);
  • quizá, incluso siendo consciente de lo que es USIP, se planteen la publicación con ellos como una pequeña infiltración en las líneas enemigas para sacarles algún rédito para el pacifismo.  Así, en este aspecto no actuarían desde el purismo sino desde posturas pragmáticas.  Quizá en sus presentaciones del material razonen que es un pequeño ejemplo de transarme en el que se consigue trasvasar una parte del gasto militar a un proyecto netamente pacifista.

Una duda que no lo es:

Tras todo lo anterior, ¿cómo hemos de valorar el contenido de SNAP?  Y aquí no dudo, todo va a depender del contenido, no de quién lo publica ni de quiénes lo redactan.  Si el contenido convence, adelante, si lo consideramos ética y prácticamente correcto, adelante.

SNAP, las bases

A lo largo de las casi 180 páginas la tesis que defienden las autoras es que la coordinación de dos esfuerzos (la acción directa noviolenta, por un lado, y la construcción de paz, por otro) puede ser productivo para ambas a la hora de transformar conflictos.

En primer lugar, se dedican a explicar los conceptos clave:

A los efectos de esta guía, transformación de conflictos es un término general para hacer referencia a los procesos que cambian o transforman un conflicto violento en uno no violento, donde las personas usan diferentes canales institucionales y extrainstitucionales, y una variedad de métodos no violentos para abordar las causas raíz y lograr una paz justa y sostenible.

El camino hacia la transformación del conflicto no es lineal ni directo. Los métodos de construcción de la paz, como el diálogo, la mediación y la negociación, pueden ser necesarios cuando los activistas comienzan a organizar y generar movimientos, y las tácticas de acción no violenta, como las protestas y huelgas masivas, pueden ser necesarias para ayudar a los negociadores a usar métodos de arreglo de conflictos con el objetivo de lograr un acuerdo de paz más justo y respetuoso de los derechos.

La acción no violenta es un método para impulsar el cambio social, político y económico que incluye tácticas de protesta, no cooperación e intervención diseñadas para desplazar el foco del poder en un conflicto sin la amenaza ni el uso de violencia. Estos métodos son no violentos porque no incluyen la amenaza ni el uso de fuerza perjudicial sobre otras personas. La acción no violenta también se conoce como “poder popular”, “resistencia civil”, “resistencia no violenta” o “acción directa no violenta”.

La construcción de la paz es un término general usado para describir una amplia variedad de esfuerzos de diferentes actores del gobierno y la sociedad civil. La construcción de la paz aborda el conflicto en el ámbito comunitario, regional o nacional a través de procesos participativos que incluyen el diálogo, la negociación basada en principios, la mediación y la resolución colectiva de problemas. La construcción de la paz en las altas esferas realizada por las Naciones Unidas (ONU) o los Estados-nación incluye esfuerzos diplomáticos oficiales y para la prevención de conflictos con el objetivo de encontrar una solución a los impulsores profundos de conflicto. Los esfuerzos de construcción de la paz llevados a cabo en el ámbito local incluyen programas de diálogo y otros esfuerzos comunitarios para disminuir el conflicto y mejorar las relaciones y la calidad de vida.

SNAP, la coordinación de la acción noviolenta y la construcción de paz

En 1971, la activista feminista no violenta Barbara Deming escribió Revolution and Equilibrium, donde afirma que los activistas necesitaban “dos manos de no violencia”. Una mano con la palma hacia adelante, para decir: “¡Basta de injusticia!”. La otra mano ofrecida para estrechar la mano de alguien. Notables activistas no violentos, como Mohandas Gandhi y Martin Luther King Jr., también se han referido al enfoque de las dos manos. Apoyaban el uso de tácticas estratégicas no violentas para desplazar el foco del poder y, al mismo tiempo, extender una mano para dialogar o negociar con los adversarios. Los activistas no violentos exitosos han usado el diálogo y la negociación durante muchos años. Al mismo tiempo, los procesos de construcción de la paz más eficaces tuvieron éxito en gran medida gracias al apoyo de movimientos no violentos.

Esta guía práctica sigue esta hipótesis: una combinación de procesos de construcción de la paz y acción no violenta pueden desplazar el foco del poder y aumentar la concientización para permitir resultados sostenibles ante los conflictos entre grupos. Resulta imperioso tanto abordar las injusticias que exacerban el conflicto violento como restablecer las relaciones necesarias para lograr una paz sostenible.

Algunos consideran que la acción no violenta y la construcción de la paz son conjuntos de habilidades separados, incompatibles o contradictorios. La acción no violenta se centra en desplazar el foco del poder para lograr la victoria contra un oponente (a menudo) opresivo o indiferente. Los procesos de construcción de la paz buscan construir relaciones, aumentar la concientización de los intereses subyacentes y descubrir posibles soluciones. Cada enfoque tiene su propia historia, comunidad de práctica, bibliografía y programas de educación y capacitación. La acción no violenta y la construcción de la paz generalmente se enseñan por separado, tanto en entornos populares como académicos.

Lo que los procesos de construcción de paz ofrecen a la acción noviolenta

Los procesos de negociación y paz rara vez son exitosos si existe un gran desequilibrio de poder. Si un grupo tiene mucho más poder que otro, es posible que el grupo con más poder sienta que no es necesario cambiar y quizás no negocie de buena fe. La acción no violenta puede fortalecer los procesos de paz exitosos de tres maneras principales:

  1. La acción no violenta desplaza el foco del poder: la acción no violenta moviliza a las personas para que emprendan una acción conjunta a fin de aumentar su poder y legitimidad pública y presionar a los actores del conflicto. Cuando el poder cambia, la negociación puede ser fructífera, ya que todos los grupos reconocen los costos del statu quo y es más probable que participen en los procesos de negociación de buena fe.
  2.  La acción no violenta aumenta la legitimidad y el conocimiento público: la acción no violenta expone los conflictos ocultos o latentes y aumenta el conocimiento público sobre la legitimidad de los problemas. Los procesos de construcción de la paz tienen más probabilidades de triunfar cuando existe un reconocimiento amplio del problema y el compromiso público para abordarlo.
  3.  La acción no violenta puede incluir intervenciones creativas: las intervenciones no violentas pueden promover estructuras alternativas y de organización autónoma para respaldar la imagen pública y construir un futuro más justo y pacífico. Las intervenciones también pueden brindar protección a los constructores de la paz, negociadores, activistas de derechos humanos, periodistas y otras personas para que puedan realizar su trabajo de manera segura.

Lo que la acción noviolenta ofrece a los procesos de construcción de la paz

Los movimientos no violentos requieren habilidades para establecer relaciones y desarrollar soluciones. Los procesos de construcción de la paz pueden consolidar los movimientos no violentos exitosos de tres maneras principales:

  1. Las habilidades de construcción de la paz permiten formar coaliciones y movimientos no violentos más fuertes: el conflicto interno dentro de un movimiento no violento y las divisiones étnicas, religiosas, de clase y de género dentro de una sociedad son motivos significativos del fracaso de los movimientos. Los movimientos no violentos exitosos forman coaliciones amplias y diversas. El uso de las habilidades de diálogo, facilitación y negociación para abordar los conflictos internos, facilitar la toma de decisiones inclusiva y formar coaliciones aumenta la probabilidad de que un movimiento no violento sea exitoso.
  2.  Los procesos de construcción de la paz usan la negociación para obtener resultados sostenibles: los movimientos no violentos que terminan cuando un grupo “gana” y el otro “pierde” crean las condiciones para que el grupo derrotado reinicie el conflicto. Los procesos de paz exitosos abordan los intereses de todas las partes interesadas a través de la negociación basada en principios. Las habilidades de construcción de la paz pueden permitir a los líderes de los movimientos no violentos vincular el poder de sus movimientos con propuestas detalladas de políticas y negociaciones en las altas esferas que determinan la implementación a largo plazo y resultados sostenibles.
  3.  Los procesos de construcción de la paz pueden desarrollar nuevas instituciones y procesos políticos inclusivos: los procesos de construcción de la paz brindan la oportunidad de recrear la interrelación de los grupos sociales a largo plazo.

¿Qué ocurre cuando no hay sinergia entre la acción noviolenta y los procesos de construcción de paz?  La respuesta en un gráfico magnífico:

SNAP, una guía de análisis, reflexiones, trabajos grupales en talleres

La mayor parte del documento son una serie de capítulos que se inician con el estudio de un caso práctico real en el que la noviolencia ha tenido un papel importante (Liberia, los derechos civiles en EE.UU., campaña por el “NO” en Chile, …), la explicación de unos conceptos clave y su desarrollo mediante propuestas de actividades participativas en talleres.  No olvidan dar consejos sobre la facilitación de los talleres, ni aportar recursos para profundizaciones futuras.

Posibles conclusiones para el pacifismo del Estado Español

Remodelando un antiguo gráfico de Adam Curle, las autoras nos explican que

El objetivo principal de la acción no violenta es desplazar el foco del poder y equilibrarlo entre los grupos. Si bien algunos movimientos no violentos también aplican habilidades de construcción de la paz, como el diálogo, la facilitación y la negociación, estas tienden a recibir menos énfasis en la capacitación sobre acción no violenta. El objetivo principal de la construcción de la paz es construir relaciones y concientizar sobre los intereses y las necesidades de todos los grupos, las causas raíz estructurales, la interdependencia entre los grupos y las posibles soluciones. Si bien algunos procesos de construcción de la paz también prestan atención a la dinámica del poder, en general, el campo de la construcción de la paz pone menos énfasis en el poder que en generar conciencia y relaciones.

Me parece que la propuesta de Bloch y Schrich es muy adecuada y puede tener especial incidencia positiva en el pacifismo estatal porque:

  1. hay que reconocer que bastante hemos tenido con autoformarnos en la teoría y práctica de la acción noviolenta y en asumir sus consecuencias.  Hemos protagonizado luchas muy duras y que se han solido dilatar mucho en el tiempo con el desgaste que ambos factores conllevan, pero también es verdad que no hemos hecho, en la mayor parte de los casos, el trabajo de construcción de paz;
  2. la perspectiva complementaria de construcción de paz nos puede aportar una visión adicional de nuestras actuaciones en las que se prioriza, también, el diálogo social, la consecución de apoyos, la negociación, y el incluir a toda la sociedad en la redefinición y transformación de los conflictos;  es decir, esta perspectiva es complementaria y prolonga nuestras posibilidades de actuación e influencia;
  3. la planificación conjunta de ambas luchas enriquece y multiplica a ambas.  Por ejemplo, las luchas antimilitaristas se pueden beneficiar del diálogo sincero con los militares porque no se puede dar una alternativa noviolenta global a la defensa militar sin tener en cuenta sus opiniones y sentimientos.  Llegar a un proceso de transarme institucional conlleva conocer y negociar sus posturas para lograr otro equilibrio más coherente con la paz positiva.