500 ejemplos de noviolencia. Otra forma de contar la Historia. Tábanos.

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¿Es posible que un territorio pequeño pueda ejemplificar 500 ejemplos de noviolencia, la mayoría de ellos documentados solamente a lo largo del siglo XX y el inicio del siglo XXI? Si es así, ¿por qué no se conocen con mayor profusión y se enseñan en las escuelas como los ejemplos más internacionales de Gandhi, Luther King, Mandela, etc.? ¿Ahora va a resultar que el pueblo vasco es el más desobediente y noviolento de la Historia? Podría ser. Pero que se hayan documentado 500 ejemplos de noviolencia en Euskal Herria no nos debería llamar tanto la atención si fuésemos bien conscientes de que los medios de comunicación de masas, los libros de Historia en los que aprenden nuestros niñ@s y jóvenes no son imparciales y tienden a contar las historias de los vencedores y priman la difusión de la violencia.

Retornamos hoy, 13 años después, a leer un libro del año 2009 y que nos parece bastante impresionante porque desvela que la noviolencia y la desobediencia civil existen pese a que los medios de comunicación de masas se empeñen en ocultarlo reiteradamente.

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El autor

El autor es Sabino Ormazábal y en sus 168 páginas repasa 500 ejemplos de protestas noviolentas contra el militarismo. El libro lo editó Bidea Helburu. Sabino Ormazábal nació en 1953 en Donostia, es antimilitarista y ecologista y siempre ha estado comprometido con la desobediencia civil y la noviolencia. También se ha dedicado a recoger la historia de los movimientos sociales de Euskal Herria. Como complemento al libro que comentamos, os dejamos el enlace a una entrevista a Sabino Ormazábal en la revista Papeles 120 de la FUHEM realizada por José Luis Fernández.

En dicha entrevista Sabino nos habla con clarividencia de las aportaciones de la noviolencia en el complicadísimo tiempo en el que ETA actuaba:

Tanto entonces como ahora aporta coherencia entre fines y medios (no crea
nuevas injusticias en su acción, trata de humanizar el conflicto, busca la coherencia entre lo
que se dice y y lo que se hace, entre lo que se pretende y cómo se pretende), se plantea
salir de la dinámica en la que se quiere encerrar a la disidencia, lo que supone un cambio
cultural en la acción política… Trata, asimismo, de ser gradual en lo que hace; y de hacerlo de forma transparente y pública. Identifica qué acciones permiten lograr lo que se pretende, no sustituye la participación popular ni intenta controlarla, y asume las consecuencias que conlleva cada acto.

Aquello que no se cuenta, se olvida. Lo que no se transmite, no ha existido. Si los movimientos sociales no cuentan su historia, lo que prevalece es la historia oficial de los poderosos y ganadores de siempre. La de los uniformados y tiranos.

Difundir más de 500 ejemplos de prácticas noviolentas posibilita a los movimientos y colectivos sociales nuevas ideas para copiarlas, mejorarlas y desarrollarlas en el proceso de transformación del mundo y la sociedad en la que vivimos.

Y no sólo nos da buenas ideas, sino que también aporta seguridad: no estamos solos, no somos los primeros, otr@s much@s, antes que nosotr@s lucharon noviolentamente y, lo que es más impresionante, lo hicieron con éxito.

El libro

El libro comienza con un ejemplo de desobediencia de la Historia Antigua:

Cuentan que la primera objeción de conciencia conocida en la Historia es la que llevó a cabo una mujer, la hija de Edipo y hermana de Polinice, Antígona. Ésta se negó a obedecer las órdenes de su tío, el tirano Creonte, y dio sepultura al cadáver de su hermano Eteocles, a quien querían privar de los honores fúnebres. Creonte aducía razones de Estado, ya que el joven había muerto en rebeldía, pero Antígona actúa desde fuera de las razones de Estado.

Se continúa con otra historia muy antigua que nos hace sospechar que entre ambas tienen que haber existido muchas que andan más o menos perdidas para los historiadores oficiales, o que no se les da el componente interpretativo desobediente y noviolento que merecen:

Año 294. No es el primer objetor de conciencia ni el único, pero el soldado Maximiliano será condenado a muerte por insumisión, con el siguiente
veredicto: “Visto que, por espíritu de indisciplina, te has negado a prestar el servicio militar, serás castigado a la pena legal: se te condena a morir por la espada”. Maximiliano era legionario, al igual que su padre, pero al convertirse al cristianismo no quiso volver a coger las armas.

Y no sólo son profundas las raíces prácticas de la desobediencia y la noviolencia, sino que sus postulados teóricos también nos sorprenden más allá de Gandhi:

Siglo XV. Primer uso del concepto “noviolencia”. Lederach se lo atribuye a los Hermanos Checos, cuyo fundador era Petr Chelciky, que desarrolla
una posición pacifista “anarquista” y cristiana a la que denominaban “la noviolencia”. La misma consiste en rechazar todo tipo de violencia o participación en la guerra, además del poder y la Iglesia unida a él.

Los razonamientos que alimentaron la noviolencia antigua y la presente son los mismos, la claridad y la contundencia, también.

Mediados del siglo XVI. Pionero ensayo de la no colaboración. Étienne de La Boétie (1530-1563) escribió siendo un estudiante de abogacía en la
Universidad de Orleáns el “Discurso de la servidumbre voluntaria o el contra uno”, acerca del sometimiento a la tiranía. La cuestión que interpela en el mismo son las razones de la obediencia voluntaria de los muchos al poderoso: “Si un tirano es un solo hombre y sus súbditos son muchos, ¿por qué consienten ellos su propia esclavitud?”. El católico libertario Boétie defiende la táctica no violenta a través de la desobediencia a los jefes.14 No es partidario del tiranicidio, de la muerte física de la persona del tirano, porque para él “matar” a un tirano consiste en destruir su poder mediante el retiro no violento del apoyo o consentimiento a su autoridad. De esta forma se mata no a una persona sino a la tiranía misma.

“Podríais liberaros de semejantes humillaciones, sin siquiera intentar hacerlo, únicamente queriendo hacerlo. Decidíos, pues, a dejar de servir, y seréis personas libres. No pretendo que os enfrentéis a él, o que lo tambaleéis, sino simplemente que dejéis de sostenerlo. Entonces veréis cómo, cual un gran coloso privado de la base que lo sostiene, se desplomará y se romperá por sí solo”.

A estos ejemplos les siguen otros de los siglos XVII, XVIII, XIX, XX y XXI. Cada vez el número de ejemplos es mayor y la noviolencia parece más generalizada. Muy posiblemente esto sea debido al sesgo que se produce debido a la escasez de las fuentes escritas según nos alejamos de nuestros días y no a la progresiva popularización de la noviolencia.

Es de destacar que la historia de la desobediencia noviolenta contra el militarismo en Euskal Herria se trufa con oportunas referencias a eventos noviolentos muy importantes de la Historia Universal. Así podemos situar el “Tratado sobre la desobediencia civil” de Thoureau en 1846, el inicio del boycot en 1880, etc.

Especial relevancia como ejemplo de noviolencia debería tener el siguiente, que nos enseña que fuimos avanzados en la renuncia a la guerra y la disolución de los Ejércitos.

Febrero de 1873. La I República española renuncia a la guerra. En la primera resolución legislativa emanada de su Asamblea Nacional, queda abolido el servicio militar obligatorio y se concede una amnistía a todas las personas procesadas por haber participado en las movilizaciones y protestas contra las quintas. Incluso en Barcelona -cuenta Esparza-, la Diputación va más lejos y decreta la disolución del Ejército. En el artículo 6 de la Constitución que redacta la República -recuerda Agirre-, puede leerse que “España renuncia a la guerra como instrumento de política nacional”.

Cientos de ejemplos, en definitiva que nos pueden ayudar en nuestras argumentaciones en los debates, que nos pueden dar seguridad en nuestras ideas y que ponen los límites de la utopía muy lejanos a lo que solemos considerar en la actualidad.

El video

Por último, compartimos el vídeo del documental sobre noviolencia en Euskal Herria titulado Tábanos y que data de 2013. En él podemos aprender muchísimo sobre actuaciones noviolentas, su creatividad, su compromiso, su inserción en campañas coordinadas y mantenidas durante años, etc. Es muy recomendable su visionado y su recuperación y divulgación en la actualidad.