Regalo opaco de 1.397 millones de €, a interés 0, para armas.


Juan Carlos Rois.

El Real Decreto 891/2023 de 29 de noviembre (puede consultarse en el enlace https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2023-24207) regula las condiciones del Préstamo concedido por el Ministerio de Industria y Turismo al consorcio español para el Desarrollo Industrial del programa Eurofighter, Agrupación de Interés económico, para el programa Halcón (CEDIEF A.I.E.).

Por medio de este Real Decreto el Ministerio de Industria concede a este consorcio un crédito de 1.397,61 millones de euros con cargo a los presupuestos de 2023 a 2027, a interés “cero”, con el siguiente calendario:

Año Importe en euros 
2023264.785.000
2024293.109.000
2025318.500.000
2026246.681.000
2027274.589.000

Es sorprendente la generosidad del Estado, 1.397,61 millones de euros que se entregarán en cinco plazos, el primero en lo que queda de 2023, y se devolverán a partir de 2028 y hasta 2035 (es decir, sin cancelación total hasta dentro de 12 años), sin remuneración de intereses, lo que quiere decir que son los impuestos que paga la sociedad los que se comen tanto la inflación y depreciación de la moneda como el interés que la industria militar paga al cero por ciento.

Otras consecuencias:

No es la única consecuencia de la política de dopaje a la industria militar, porque, además, condiciona y compromete las políticas futuras, dado el importe tan elevado del préstamo (por cierto, uno de los más de quince que se le han dado a interés cero a la industria militar para fabricar armas para el ejército desde los años 90) y la deuda que arrastra el conceder un crédito a la industria militar para fabricar sistemas de armas de proyección (antes decíamos a las claras de invasión) a cargo de presupuestos que son deficitarios y se financian a través de deuda pública.

De modo que este tipo de operaciones de financiación militar arrastra deuda pública que podemos calificar de deuda militar y que, dado el modo opaco y ajeno a los intereses de la sociedad, podemos calificar de deuda ilegítima.

La financiación por medio de este ingenioso sistema de créditos que da el ministerio de industria a los señores de la guerra es curiosa por otro motivo más: pretende encubrir partidas monumentales de gasto militar, en este caso destinado a compra de armas, y no cargarlo sobre el presupuesto de defensa, porque en la contabilidad no aparecen en las cuentas de Defensa y no computan en el gasto militar que reconoce Defensa, sino que son créditos de Industria.

La modalidad de financiación de los programas de armamento ha sido criticada por el propio Tribunal de Cuentas en otras ocasiones (puede consultarse el informe 1.155 del citado tribual en el enlace https://www.tcu.es/repositorio/6610226d-f618-45f6-a04d-190de245b9f8/I1155.pdf) precisamente al revisar entre otros el programa EF2000 objeto de parte del actual crédito, y también por el Tribunal Constitucional, en este caso por la modalidad de hacer este tipo de operaciones mediante créditos extraordinarios con cargo a deuda o al fondo de contingencia.

No queremos pasar por alto otras circunstancias de este mecanismo de ocultación y aumento del gasto militar que involucra a Industria, y es que el mecanismo encubre una financiación de parte de las armas que se encargan. Nos explicamos: Industria otorga estos créditos a la industria militar para que fabrique los sistemas de armas que Defensa encarga, bajo la idea de que la Industria, una vez vaya entregando las armas, devolverá el crédito a la vez que Defensa paga la factura final de las armas entregadas.  Pero ocurre que en el lapso desde el encargo hasta la entrega de armas, éstas siempre se han encarecido respecto del precio inicial de una forma escandalosa (pongamos el ejemplo de los submarinos S-80 encargados en 2004 por un importe de 1800 millones que deberían costar 3 submarinos, y de los que se acaba de entregar el primero de ellos y con un coste hasta la fecha cercano a 4.000 millones, sin que sepamos en qué quedará la factura fina cuando se entreguen los otros dos). De este modo, lo que parece un crédito sin interés, realmente es un anticipo de pago de unas armas que se encarecen dos y pico veces el precio inicialmente previsto, que se entregan tarde sin que se penalicen los incumplimientos de la industria militar y que nos endeudan. ¿No les parece un buen negocio? Desde luego para la industria militar y para el ministerio de defensa es un negocio redondo, pero que se paga a nuestras costillas.

¿Les parece poco? Pues hay más.

Durante 2023 España ha aprobado nuevos programas de armas por importe superior a 13.000 millones de euros, a sumar a los que ya veníamos arrastrando. En junio de 2020 la secretaría de Estado de Defensa había cifrado la deuda que arrastrábamos por programas de armas en 12.700 millones de los más de 35.000 que se llegaron a deber desde los años 90. Desde el segundo semestre de 2020 hasta mediados de 2023 ya sumábamos una deuda por venta de armas de más de 25.000 millones, al haberse producido en el gobierno del PSOE y Podemos un espectacular aumento de las políticas de rearme. Si en un suma y sigue hay que sumar los 13.000 millones de 2023, estamos en una deuda militar de al menos 38.000 millones de euros y aún tienen anunciados otros programas de armas más.

Todo esto desvela la opción militarista, principalmente desarrollada por medio del rearme, el aumento desmesurado del gasto y la injerencia militar (20 operaciones militares en el exterior en la actualidad y más de 23.000 millones de euros desde los años 80 a la actualidad destinados a este gasto) como principales señas de identidad.

Estreno del ministerio de industria del nuevo gobierno: continuismo de la política militar.

Bonito estreno del nuevo ministro de Industria, conceder un crédito militar a interés cero y colaborar, como viene siendo habitual, en el encubrimiento y la financiación de este.

Lo cual no es de extrañar porque, siguiendo también una consolidada tradición respetada por el PP y el PSOE el nuevo ministro de Industria es muy comprensivo con el militarismo. De hecho, este viene de presidir una industria con fuertes intereses militares, HISPASAT.El mismo día de la aprobación del crédito afirmó “Para España es clave priorizar el fortalecimiento de la industria de defensa nacional y el desarrollo de una base industrial y tecnológica europea, como garante de la democracia y la paz ante los cambios geopolíticos y de seguridad en que nos encontramos”, casi ná.

(Foto de portada: es.ihodl.com)

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