En el aniversario de la muerte de Gandhi es una gran noticia la próxima publicación del libro «La Noviolencia como Acción Política. Cambio global frente al Militarismo y la Violencia rectora», de Juan Carlos Rois, que publicará la editorial La Imprenta a finales de febrero. Es un soplo de esperanza en un contexto de militarización creciente de las sociedades, donde se nos anuncia la inminencia de una guerra inevitable, se nos anima a aumentar el gasto militar, a comprar más armamento, a producir más armas y a mentalizarnos para la llegada de la guerra. Ahora, ya abiertamente, Mark Rutte, secretario general de la OTAN, nos dice que para aumentar el gasto militar hay que recortar en pensiones, sanidad y otros «lujos» del bienestar, como si todos ellos no fueran lo que nos da la verdadera seguridad y por tanto, el objetivo a defender. Ya conocemos la destrucción, la muerte, la violencia y la clausura de todos los derechos que supusieron las dos grandes guerras mundiales. Ya hemos visto en Gaza, Ucrania o Sudán la barbarie militar convertida en costumbre, orgullo y «heroismo», ayudada por la inteligencia artificial y militar.
¿Qué puede ser peor que la guerra? ¿Qué valores pueden justificar el riesgo de otra gran guerra? ¿Por qué preparar guerras, que nos destruyen?
Frente a este fatalismo interesado que sólo beneficia a los Señores de la Guerra, el libro nos anima a desentrañar las violencias para poder combatirlas y superarlas, nos anima a quitar poder a lo militar y nos aporta las herramientas y estrategias para empoderarnos como sociedad civil, construir sociedades justas y pacíficas y organizar colectivamente la defensa de lo que realmente importa, la defensa y construcción de los servicios comunes, los derechos humanos, el cuidado de las personas y del planeta, para poder vivir todas una vida digna y solidaria. Nos anima a desmilitarizar mentes, economías, territorios… Nos anima a la reconversión de lo militar y su industria en investigación, tecnología y trabajo de utilidad civil, consciente de que si no superamos el militarismo la propia vida está en peligro.