«La Noviolencia como Acción Política. Cambio global frente al Militarismo y la Violencia Rectora»

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Presentación del libro de Juan Carlos Rois. 6 de marzo de 2025. A las 19.00 h. Ateneo La Maliciosa. C/Peñuelas 12 Madrid. Metro: Embajadores. ( Libro publicado por la editorial La Imprenta. C/ Monteleón 5, Madrid, febrero 2025)

Atreverse a pensar, luchar y organizarse de otra manera. Ampliamente documentado, el libro presenta la Noviolencia como acción política transformadora, revisa conceptos, ofrece recursos y herramientas y propone estrategias para afrontar hoy la violencia que nos envuelve, que denomina «violencia rectora», y que estudia en profundidad. Las grandes luchas de nuestros tiempos, ecologistas, feministas, antimilitaristas, sindicales, por la igualdad y los derechos, se desarrollan, de hecho, con estos planteamientos. Animar su integración es uno de los objetivos del libro. Frente al militarismo, las guerras, ejércitos o gasto en armamento replantea la defensa popular noviolenta (DPNV) y el transarme como proceso de reconversión de lo militar a civil, para nuestra seguridad.

Ante la «mentalidad de guerra» que nos exigen, la deriva belicista de élites y gobiernos, la fabricación de enemigos o el robo de nuestros recursos para ejércitos y armamento, os invitamos a la presentación de este libro y sus planteamientos, apenas explorados.

A continuación se presenta el Índice del libro y una selección de párrafos entresacados de los distintos capítulos, que recogen las ideas y planteamientos centrales, y unas notas de la obra y el perfil del autor, Juan Carlos Rois.

Índice del libro

Introducción: la fuerza de la noviolencia.

Sobre la idea de Fuerza.- Comprender la violencia y sus mecnismos. – Legitimaciones de la violencia.- ¿Qué entendemos por noviolencia?.- Luchas noviolentas: algo más que meras protestas.- La acción noviolenta como motor del cambio.- No solo corazón: estrategia y planificación.- La noviolencia para resolver conflictos.- Noviolencia como alternativa global contra la violencia rectora.

Capítulo 1. Violencia y violencias.

I.¿Una naturaleza violenta? comentarios sobre el «origen» de la violencia.- II. Condiciones de las violencias.- III. Desentrañar la violencia rectora.- IV. Ciclos de protesta y violencia social o política.- V. Intervenir en el proceso de la violencia.

Capítulo 2. La propuesta noviolenta.

I. Aspectos generales de la noviolencia.- II.Elementos fundamentales de la noviolencia.- III. Hacia una definición de la noviolencia.- IV. El pensamiento estratégico en la acción noviolenta.- V. Las herramientas de la noviolencia.- VI. La intervención en el conflicto desde la noviolencia.

Capítulo 3. La noviolencia frente a la violencia rectora. Una alternativa de lucha para el cambio global.

I. Defensa social para los cambios globales.- II. Resetear el sistema y construir una defensa popular noviolenta (DPNV)

Final.

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Fragmentos: La Noviolencia como acción política. Cambio global frente al militarismo y la violencia rectora (Selección de textos y párrafos literales, entresacados de los distintos capítulos, que presentan las ideas y planteamientos centrales del libro.)

De la Introducción: la fuerza de la noviolencia.

«Este texto es una reflexión sobre la noviolencia y su capacidad política. La noviolencia aparece hoy como una muy oportuna propuesta de acción política y de compromiso ante nuestra realidad, acosada por graves y entrecruzadas crisis sistémicas. No es una panacea, pero bajo determinadas condiciones puede ser una potente práctica de lucha y de organización de la protesta social o de resistencia civil planificada, ya sea frente a regímenes injustos, invasiones, dictaduras, luchas por derechos civiles u otros conflictos». ( Pág. 8)

«También puede ser una propuesta de acción política y metodológica crucial para apoyar el necesario cambio global que requiere nuestro mundo. En este sentido, se muestra como una práctica en constante construcción y diálogo con las principales visiones emancipatorias y movilizadoras, tales como los feminismos, los ecologismos, los antimilitarismos, las luchas por la igualdad y la justicia global, el altermundismo, el antirracismo, las luchas campesinas, la construcción de alternativas comunitarias, los distintos humanismos históricos y otros similares, cuya aspiración profunda es promover transformaciones radicales y transversales inaplazables.

De la experiencia noviolenta, depurada del exceso filosófico y espiritual con que algunos la acompañan, podemos extraer contenidos que podrían aportar, en fecundo diálogo con las principales articulaciones de lucha por la alternativa a nuestro decadentoso sistema-mundo capitalista, un hilo conductor de eficaz lucha social, resistencia y construcción de experiencias prefigurativas y de contraste, desde las que confrontar el paradigma dominante, para transformarlo y conseguir un mundo mejor. Mundo mejor que soñamos, tal vez de forma muy abierta e indefinida, como cumple que sean las utopías antidogmáticas, como: 1) un mundo más respetuoso y coherente con la interrelación de lo viviente, sea humano o no, y de nuestra interdependencia recíproca; 2) un mundo más justo y solidario (lo que obliga a renuncias ineludibles y reparaciones inaplazables) y 3) un mundo en el que la actuación humana se base en las ideas fuerza de cooperación y noviolencia, en contraste y oposición con los principios rectores de dominación y violencia de orden vigente».(Pàg .9)

«Varios contenidos específicos nos acompañarán en el transcurso de este texto, por lo que he creído que merece la pena aclarar algunos de sus contenidos en esta introducción…. Se trata de grandes ideas fuerza que aparecerán en parte de forma transversal, pero también reunidos en diferentes capítulos específicos donde se tratará de la violencia y las violencias (capítulo 1), la propuesta noviolenta en sí y su caja de herramientas (capítulo 2), y una propuesta tentativa de alternativa de seguridad humana capaz de superar el paradigma de violencia dominación (capítulo 3) y de ofrecer un leitmotiv de las luchas y articulaciones sociales bajo la idea de defensa social frente al sistema».(Pág. 10)

Del Capítulo 1. Violencia y violencias.

«La violencia es un hecho más complejo de lo que parece a simple vista y más extendido de lo que suponemos. En este capítulo abordaremos aspectos de la violencia que considero relevantes para la lucha noviolenta… Habitualmente entendemos como violencia la acción desarrollada por alguien (una o varias personas), mediante el uso de la fuerza (moral/psicológica o física), en contra de la voluntad de víctimas perjudicadas y que causa daños (físicos, morales, materiales) a estas u otras». (Pág. 69)

«Hay violencias invisibles y que funcionan de forma sistémica o simbólica, generando procesos y estados cristalizados de violencia que van más allá de los episodios de violencia directa más escandalosos. Dichas violencias no cuentan necesariamente en su mecánica con un autor directo y reconocible que los ejecute, ni con una intención directa de causar un daño… Se trata de situaciones sociales y marcos culturales que consolidan denegaciones de derechos, depredación de la naturaleza, injusticias y un largo etcétera que refuerzan y cronifican situaciones de violencia indirecta aparentemente no causadas por nadie». (Pág. 70)

«La violencia cuenta con diversos grados de crueldad e intensidad y, como ocurre con otros fenómenos sociales, su desarrollo y sofisticación han ido evolucionando en el tiempo. Hoy en día, junto a las manifestaciones de fuerza bruta fácilmente reconocibles, se ha generalizado un estado coactivo y de sumisión más sutil, que abarca marcos mentales, normas éticas y legales, estructuras e instituciones, no menos violento». (Pág. 70)

«no existe la violencia en singular, sino las violencias. Junto a esta violencia de andar por casa que nos resulta tan fácil identificar y rechazar, existen otras tipologías que no responden precisamente a la imagen común de la violencia física y que, sin embargo, la nutren y son tanto o más operativas que ésta y no menos nefastas para las relaciones humanas». (Pág. 126)

«La violencia directa aparece como una perturbación abrupta del estado de normalidad y quietud que usualmente consideramos como “paz” (una paz de contenidos nada pacíficos)… No abarca todo el repertorio de violencia existente. Haremos una distinción entre los actos de violencia, esa violencia directa, y las situaciones de violencia, una especie de estado permanente que sirve de envoltura y de contexto a los actos de violencia directa». (Pág. 128)

«¿Cómo ha sido posible que hayamos pasado de los actos violentos, como modo de alcanzar objetivos, a una situación donde la violencia se ha vuelto paradigmática y rectora?… La práctica constante de la violencia, con los aprendizajes de la misma y sus justificaciones a lo largo del tiempo ha ido consolidando estructuras violentas y construyendo una cultura violenta, dando lugar, tras el paso de miles de generaciones, al actual significado rector y paradigmático de la violencia». (Pág. 144)

«Una comprensión como la que venimos ofreciendo de la violencia nos dota de un potente mapa de situación y de una buena brújula para la lucha contra la misma y contra su carácter rector o paradigmático. Nos indica que, dado el carácter multidimensional de la violencia y sus capacidades de interrelación, potenciación e intercambio, la lucha contra la violencia debe aplicarse, de forma simultánea, contra cada una de sus dimensiones y contra sus capacidades de replicación y potenciación mutuas». (Pág.158)

Del Capítulo 2. La propuesta noviolenta.

«La noviolencia es una práctica política en construcción y, también, un proyecto hacia el futuro. Por eso sus contenidos se han ido enriqueciendo y reconfigurando a medida que dicha práctica ha ido desplegándose y reflexionándose desde su propia perspectiva y autoconciencia». (Pág. 171)

«En conclusión, la noviolencia no es fundamentalmente una idea, ni un concepto, ni una regla moral. La acción noviolenta no deja de serlo por el hecho de que los activistas implicados en ella no profesen alguno o todos los principios éticos incondicionales de los recomendados por Gandhi, Luther King, Lanza del Vasto, Silo, etc.» (Pág. 209)

«La noviolencia puede ser vista también como una metodología de lucha social para el cambio de las relaciones de poder o, con una aspiración más ambiciosa, para la transformación social». (Pág. 211)

«La noviolencia es más bien una ortopraxis metodológica de lucha social colectiva con potencialidad proyectiva, que una idea o una filosofía de vida… Por tanto, lo que constituye el núcleo de la noviolencia es la acción, pues sin acción no hay noviolencia». (Pág. 223)

«La regla de la acción directa, colectiva, inclusiva y pública que rige en la noviolencia viene complementada por una segunda raíz: la acción debe ser incruenta, con renuncia al uso político de la violencia para dañar al otro y a la vida». (Pág. 233)

«Estamos ahora en mejores condiciones para ensayar una mejor definición de la noviolencia. Esta no es ni una doctrina (nueva o vieja), ni una ideología o filosofía de vida. No está en su esencia el producir personas virtuosas, sabias o santas, ni se enfoca principalmente a la transformación espiritual o personal, ni a ninguna tipología de modo de vida específicamente noviolento». (Pág. 244)

«… consideramos que la noviolencia es una propuesta de acción política colectiva, de orden pragmático, encaminada a provocar cambios sociales o a resistirse a la violencia rectora y sus expresiones directa, estructural, cultural o sinérgica. Deliberadamente rechaza en su praxis de lucha el ejercicio social o político de la violencia y utiliza estratégicamente un repertorio de acción colectiva y pública basado en tres grandes dinámicas: 1) el empoderamiento social, 2) la resistencia y la no colaboración pública con el mal contra el que se lucha ( con acciones tanto legales como ilegales, el boicot y la no sumisión al poder o a sus lógicas, con acciones directas y comunicativas y en la desobediencia civil), y 3) la puesta en práctica de relaciones tentativas alternativas de ejercicio de poder popular e inteligencia colectiva, cuidados y prácticas cooperativas. La práctica noviolenta se concreta en acciones y campañas, cuyos objetivos inmediatos vienen dados por las luchas concretas, pero trasciende a éstos y desea a un cambio del paradigma de dominación-violencia que caracteriza nuestras sociedades, combatiendo y aspirando a superar de manera procesual y dinámica la violencia rectora que organiza el mundo». (Pág. 246)

Del Capítulo 3. La noviolencia frente a la violencia rectora. Una alternativa de lucha para el cambio global.

«La estrategia de la noviolencia, inicialmente desplegada como resistencia civil frente a conflictos coloniales y territoriales y arbitrariedades gubernamentales, o como desobediencia civil en lucha por los derechos civiles, ha expandido su campo de intervención a reivindicaciones y luchas de todo tipo y en cualquier lugar del planeta. Hoy es una de las principales metodologías de protesta social al alcance de casi cualquier tipo de reclamación y grupo organizado». (Pág. 393)

«Además del repertorio clásico de actuación noviolenta, es uno de los referentes fundamentales de la protesta social en sentido amplio y abarca luchas transversales tan dispares como la resistencia a la guerra, la acción climática,  las luchas ecologistas, la acción feminista, la lucha LGTBIQ+, la protesta social, vecinal o frente a los recortes de derechos, las luchas laborales,  la apuesta antirracista y anticolonial, la lucha contra la pobreza, las luchas frente a la segregación de cualquier tipo, luchas campesinas, migrantes, anticapitalistas y un largo etcétera». (Pág. 394)

I. Defensa social para los cambios globales.

«Es ahora, ante la encrucijada social y medioambiental que vivimos, y cuando los medios tradicionales y formales de acción política muestran sus límites, ya sea para cumplir las promesas de su ideario legitimador, ya para resolver las nuevas paradojas surgidas o satisfacer los niveles mínimos de seguridad humana y justicia intergeneracional, cuando el esquema de análisis propuesto por la noviolencia política sobre la conflictividad, abundando en el papel que juegan las violencias en el conflicto e impugnando la cristalización de la lógica dominación-violencia como ordenadora de la realidad, aporta un instrumento novedoso de coordinación y sincronización de las luchas que buscan la transformación radical de nuestro mundo y la superación de la violencia rectora que lo ordena». (Pág. 424)

«Como estrategia de defensa, debe responder a tres preguntas que concretan y especifican su campo de acción y su dinámica. Estos deben ser capaces de aglutinar y coordinar los escenarios, luchas, campañas, acciones y tácticas de la lucha y permitir formular agendas globales de acción.

  • El objeto de la defensa social: ¿Qué hay que defender?
  • El sujeto de la defensa: ¿Quién tiene que defender?
  • El proceso de la defensa: ¿Cómo hay que defender?». (Pág. 430)

II. Resetear el sistema y construir una defensa popular noviolenta (DPNV)

¿Una utopía imposible?

«La expectativa de abolición del orden vigente forma parte de las esperanzas que históricamente han movilizado gran parte de la energía insurgente por un mundo mejor: abolir el capitalismo y la explotación, los ejércitos y las guerras, derribar el patriarcado, reconectar al género humano con la naturaleza, decrecimiento, poner en el centro la vida, erradicar la violencia rectora … El horizonte utópico que ofrece la noviolencia a las luchas sociales aporta el deseo de ruptura con el rol rector y paradigmático de la violencia-dominación y el acogimiento de un entorno paradigmático basado en la cooperación-noviolencia, abierto al respeto y la religación con la vida, la naturaleza y la humanidad». (Pág. 450)

«Se trata más bien de una metodología alternativa y negadora de toda defensa militar, tanto en su objeto, como en su ideología, en sus estrategias y doctrinas, en su metodología y estructuras. La DPNV es así una alternativa radical a la defensa militar y aspira a la abolición de la primera y del paradigma global que defiende. A diferencia de los distintos modelos de defensa militar vigentes, es una verdadera alternativa a la defensa militar y a los aparatos securitizadores y de control social en sí». (Pág. 458)

«El progresivo empoderamiento de la defensa social y la consolidación de la DPNV como modelo de defensa social exige la realización de dos procesos simultáneos enfocados a 1) Desempoderar la defensa vigente y el uso político de la violencia y 2) Empoderar a la sociedad como actor de la DPNV y consolidar mecanismos y estructuras de DPNV hasta vaciar de sentido y abolir la defensa militar. A este camino procesual de convivencia y cambio se le denomina transarme». (Pág. 460)

Transarme y política de paz y seguridad.

«Podemos especificar más aún, para incardinar el transarme en relación con los sistemas de defensa y securitización vigentes en los estados…  En este caso el proceso de trans-arme se especifica en una agenda de luchas por el cambio de la defensa militar y de su paulatina sustitución por un modelo de seguridad alternativo, íntegramente popular y noviolento, con las dinámicas que hemos señalado en anteriores puntos de este capítulo…Tal proceso de transarme supondría el desencadenamiento, intencionado y organizado, de dinámicas de lucha social en los dos grandes ejes que hemos referido: quitar poder al modelo militar y sus ramificaciones y crear alternativa simultáneamente». (Pág. 475)

«Ejes de trabajo por el transarme: las seis “erres” del antimilitarismo.

.- Primero, Impulsar la (R)esistencia a la guerra y contra su preparación,

 tanto aquí (en el primer mundo y en nuestro pequeño espacio estatal), donde se preparan y organizan las guerras y se organiza la geopolítica para consolidar el sistema de dominación-violencia (explotación de recursos, sumisión de pueblos, división y conflictividad, guerras, normas comerciales injustas, degradación del medio ambiente, deslocalización y fragmentación del mercado laboral, fomento de la incultura y la manipulación cultural, venta de armas y sistemas militares, carrera de armamentos, bases y alianzas militares, investigación militar, etcétera).

Como “allí” donde nuestras políticas fomentan y despliegan la guerra (apoyo a los movimientos noviolentos y de resistencia a la guerra, auxilio a desertores y desplazados, fomento de medidas de enfoque alternativo hacia los conflictos, boicot a las guerras y a la participación de tropas de injerencia militar, fomento de redes de colaboración entre los países en conflicto e inmigrados de éstos aquí, participación en luchas por los cuidados, redes de solidaridad y acogida, …).

.- Segundo, lucha por conseguir una (R)eorientación escalonada y global de la política de defensa. Las preguntas cruciales que nunca se ha hecho a la ciudadanía española son tres:

  1. ¿qué queremos defender? Si optan por un modelo de defensa nacional o de seguridad nacional, o, por el contrario, optan por un modelo de Seguridad Humana. 
  2. ¿Quién debe ser el sujeto de esa defensa? Si un cuerpo especializado y segregado de la sociedad, al que dotamos de instrumentos y poder para ello, o la sociedad en su conjunto, de forma transversal
  3. ¿Cómo queremos que sea esa defensa? Si con ejércitos, diplomacia, alianzas militares, guerras económicas, etc. o por el contrario mediante la apuesta por el desarrollo de los bienes sociales (educación, sanidad, renta básica, derechos sociales, desarrollo sostenible y justo, justicia internacional y solidaridad). 

Se trata de ejercer un empoderamiento social en la defensa social que ya se efectúa (plataformas de vivienda, lucha contra la precariedad, acción contra el racismo y la xenofobia, cuidados, reivindicaciones de derechos sociales, educación, contra los procesos de securitización, …) de lo que a la gente le interesa defender, mediante la lucha social por diversas conquistas sociales y necesidades que no son defendidas (y generalmente son negadas) desde el poder y el Estado. Exige esfuerzo en seguir participando y desarrollando formas de organización popular, de participación activa desde lo cotidiano, fomento del asamblearismo y la horizontalidad, implicación en la acción directa y la desobediencia frente a las tropelías, … que desborden el marco institucional y nos “reapodere” de la idea de defensa como algo nuestro y sin delegación, no de aparatos militares, paramilitares o policiales.  Experiencias concretas, aquí y ahora, que deben apoyar nuestro ideal de otra forma de entender la justicia, de cómo autogobiernos, nuevas prácticas económicas no capitalistas, otras formas de entender la seguridad y la defensa, practicándolas al margen de las instituciones.

.- Tercero, (R)edimensionamiento de la política de defensa

Lo que significa quitar poder al actual modelo tanto en su estructura, en su gigantismo, en su armamento, en sus infraestructuras, en el personal, en sus industrias, en sus misiones, en sus valores, en su penetración social, en su opacidad, en la violación de los derechos, etcétera. ¿Queremos realmente dedicar más de 34.000 millones de euros anuales en impuestos al militarismo? ¿No hay otras políticas, de vivienda, sanitarias, de educación, de ecología, más importantes y necesarias? ¿Queremos una defensa en alianza militar en la OTAN? ¿Queremos una defensa intervencionista?…

Esta apuesta “crítica” no pretende ni se conforma con la petición de reasignación de partidas en el presupuesto, como si ese fuera el problema, o de reducción de tropas, por ejemplo, ni apuesta por un listado de reformas institucionales, sino que aborda la necesidad de cambios globales, en “todas y cada una” de las dimensiones de la política de defensa, y los exige en su conjunto, con el enfoque de quitarle poder, todo el posible en cada momento en función de nuestra capacidad de lucha, al modelo vigente y de trasvasar ese poder a una defensa social ejercida desde las necesidades y el protagonismo de la sociedad.

.- Cuarto, (R)eestructurar los aparatos de la defensa, de control social y las políticas internacionales, enfocándolas a su disolución.

Se trata igualmente de una lucha que pone el énfasis en desenmascarar el poder del constructo militarista y ejercer la crítica de sus instituciones y una apuesta por un horizonte de superación de estos. ¿Es necesario mantener ejércitos y cuerpos paramilitares y policiales para construir la seguridad humana? ¿Son necesarios para algún fin decente submarinos que no flotan, o aviones de transporte incapaces de pasar las normativas de aeronavegabilidad? ¿Se debe mantener una industria militar que condena al monocultivo militar y a la dependencia de trabajo indecente a regiones enteras y participa en la masacre de millones de seres humanos a los que se venden las armas?¿Es admisible la emisión contaminante de la actividad militar?¿No es posible establecer políticas de apoyo al derecho a la vivienda con el enorme patrimonio inmobiliario del “segundo” terrateniente del Estado?¿Debemos ser considerados enemigos internos y sometidos a aparatos y normas de control social y leyes mordaza?..

.- Quinto, (R)einiciar una política organizada de paz más allá del desarme, que acompañe y potencie las anteriores políticas y enfocada al cambio de modelo militar de defensa por otro de seguridad humana.

.- Sexto, (R)esetear el sistema. Poniendo el énfasis en la radicalidad de nuestra apuesta. No apostamos por un mero reformismo que, a la larga, refuerce el poder del militarismo y las estructuras de defensa, sino que nuestra lucha es por el cambio total de concepción y la construcción de un paradigma alternativo de cooperación-noviolencia coordinado y conjuntado con las aspiraciones globales de cambio de sistema, con los principales referentes que ya ofrecen desde otras perspectivas el feminismo, el ecologismo, la lucha por el bien común, etcétera». (Págs. 479-483)

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El autor, Juan Carlos Rois.

Abogado, conferenciante, investigador y denunciante del gasto militar español. Ha sido miembro del Movimiento de Objeción de Conciencia y del Colectivo Utopía Contagiosa. Defensor de un un grán número de objetores, insumisos y antimilitaristas, tanto en tribunales civiles como militares. Actualmente participa en la Oficina Jurídica por los Derechos Sociales en pro de la aplicación de la Carta Social Europea a los colectivos sociales más empobrecidas. Colabora habitualmente con organizaciones del ámbito del antimilitarismo y la noviolencia con conferencias, debates y publicaciones sobre estas temáticas.

Entre sus escritos hay que reseñar:

  • «Política noviolenta y lucha social. Alternativa noviolenta a la defensa militar» Colectivo Utopía Contagiosa. Libros en Acción, la editorial de Ecologistas en Acción .Madrid 2012, Descargable en <https://www.utopiacontagiosa.com/wp-content/uploads/2023/02/Libro_Politica_Noviolenta.pdf>
  • «Manual para entender el militarismo y luchar por la desmilitarización» Rois, Juan C. Descargable en<https://www.scribd.com/document/451754227/Manual-Para-Entender-El-Militarismo-y-luchar-por-la-desmilitarización.>

En nuestra página se han publicado varios artículos y estudios:

  • «¿Puede ofrecer el transarme una brújula de acción para el cambio?» en <https://alternativasnoviolentas.org/2023/03/25/puede-ofrecer-el-transarme-una-brujula-de-accion-para-el-cambio/>
  • «Balance dela política de defensa en 2024.Vuelta de tuerca militarista y construcción de un clima prebélico.» Grup Antimilitarista Tortuga y Juan Carlos Rois. en <https://alternativasnoviolentas.org/2025/01/08/balance-de-la-politica-de-defensa-en-2024-vuelta-de-tuerca-militarista-y-construccion-de-un-clima-prebelico/>

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