Los días 20 y 21 de junio se celebró en Madrid la Conferencia por la Paz y contra el Rearme, como informamos aquí. Fueron unánimes las críticas al rearme y los porcentajes de gasto militar que lastrarán nuestros servicios públicos, así como la necesidad de salir de la OTAN. Sin embargo, constatamos una vez más la falta de alternativa de defensa de la izquierda. Echamos en falta una crítica profunda a la función y sentido del ejército y a la defensa armada como modelo. Pues, si el enorme gasto militar es criticable, no lo es solo porque sea enorme sino porque es militar, porque va en dirección contraria a la defensa de la vida. Un solo euro en gasto militar sería una mala inversión. Habrá que seguir insistiendo en la necesidad de repensar qué es lo que queremos defender, cuales son los peligros reales y cómo lo vamos a defender. Hubo interesantes aportaciones en este sentido desde la ecología, el feminismo y el antimilitarismo, con la presencia del Centro Delás .
En la mesa sobre partidos políticos ante el nuevo orden internacional y sus propuestas para la política de seguridad y defensa, echamos en falta la presencia al menos de Podemos, pues tanto en sus últimos programas electorales como en sus declaraciones públicas, críticas con la realidad del militarismo, apuntan a otro modelo de defensa. Interesante fue la mesa sobre la construcción de un Movimiento Europeo por la Paz, alimentado de asambleas ciudadanas locales, tan necesario como difícil de articular. Esperamos que haya altura de miras en quienes lo impulsen, ajenas a la rentabilidad política y el juego partidista, horizontal, inclusivo, y que sepa aunar fuerzas, señalando objetivos locales sin perder de vista el objetivo global de la desmilitarización.
La presentación de la Marcha a Gaza- el Cairo <https://www.elsaltodiario.com/egipto/regimen-egipcio-marcha-gaza-policia-reprime> y de la Flotilla de la Libertad Rumbo a Gaza <https://www.eldiario.es/internacional/flotilla-libertad-rumbo-gaza-denuncia-secuestro-madleen-interceptado-conducido-israel_1_12367444.html> para desbloquear la ayuda humanitaria a Palestina, narrada por participantes en ambas, muestra en vivo alernativas significativas: la sociedad civil organizándose para sustituir la inacción de los gobernantes. Unas 4000 personas, mujeres y hombres, de toda Europa, de hasta 54 países, iniciaron una marcha noviolenta, en barco unas, caminando otras, poniendo sus cuerpos por delante, denunciando así que las grandes instituciones, los líderes y gobiernos europeos, ya no son nuestros líderes, han perdido toda legitimidad y no nos representan.
Reproducimos la intervención del ponente de Desarma Madrid, Ovidio Bustillo, y compartimos el enlace a la intervención del ponente de Ecologistas en Acción, Tom Kucharz, ambos en la mesa de Alternativas a la Seguridad Militarizada.

(Tom K. primero por la izquierda. Ovidio B. segundo por la derecha)
Alternativas a la Seguridad Militarizada. Ovidio Bustillo
En primer lugar, cualquier alternativa a la seguridad militarizada pasa por analizar qué seguridad queremos y qué es lo que nos da seguridad. En segundo lugar, toda alternativa a la seguridad pasa por la desmilitarización como ideología, cultura y praxis, verdaderos sustentos de los ejércitos. Vivimos en una sociedad militarizada, aunque no nos demos cuenta o, mejor dicho, no nos damos cuenta de que vivimos en una sociedad militarizada porque el militarismo está en las mismas entrañas de la sociedad. Lo llevamos dentro. Quiero empezar siendo claro. Los ejércitos modernos del mundo occidental no nos defienden de nada, no dan seguridad, dan miedo y cuando no, pánico. Pensemos en el ejército de Israel, en el ucraniano apoyado por la OTAN o en el ruso. Son aparatos de dominación y de poder al servicio de las élites. Y en el caso de la OTAN, podríamos afirmar que, además, son una asociación para la delincuencia y el crimen organizado. «Tengamos el valor de reconocer que hacemos guerras para robar», nos aconsejaba Eduardo Galeano. Por si quedan dudas…¿recuerdan cuando fue la última vez que el ejército español defendió con eficacia a la población? En su haber tenemos un SXX con casi 50 años vividos en dos dictaduras militares y, de propina, una transición tutelada con continuo ruido de sables. ¡Gracias por los «servicios» prestados! ¿Qué estaban defendiendo cuando fueron a Afganistán a defender la patria y las fronteras a miles de Kms, destrozando un país que nada nos había hecho? ¿Y en Irak, nos trajeron seguridad o inseguridad? Por su propia dinámica militarista patriarcal los ejércitos tienden a buscar conflictos donde no los había, a encontrar enemigos que nadie buscaba y a agravar con su intervención los problemas que decían solucionar, por lo que sería un logro impresionante para los pueblos conseguir deshacernos del militarismo, pues su garantía de seguridad en último término es la Destrucción Mutua Asegurada. ¡Triste consuelo!
Sin embargo, la Seguridad es una aspiración y una necesidad irrenunciable. Comienzo por un concepto y una realidad ya presente: La Seguridad Social. Es una realidad del sistema público que garantiza prestaciones en caso de enfermedad, si pierdes el trabajo, si llegas a la jubilación, a la maternidad, si tienes un accidente laboral o si quedas inválida. Eso Sí nos da seguridad y, vale la pena insistir en ello: es una seguridad solidaria, hoy en peligro. Nos intranquiliza ponernos enfermas y que el médico tarde varios días en poder vernos o que necesitemos una operación y tengamos que entrar en una larga lista de espera, porque una Sanidad Pública y de calidad Sí nos da seguridad. Lo mismo que nos da seguridad saber que aunque nuestros recursos sean escasos, nuestras hijas e hijos tendrán acceso a una educación pública de calidad y acceso a la universidad, en su caso, sin tener que endeudarse. Daría seguridad saber que podemos acceder a una vivienda digna con un sueldo digno, a un aire limpio, a un entorno y un planeta habitable. Daría seguridad saber que estamos haciendo lo posible por eliminar las cusas del cambio climático y prevenir sus consecuencias. Daría seguridad saber que en nuestro país se respetan los Derechos Humanos, sin leyes mordaza ni cloacas del estado, sin miedo a que un montaje policial te lleve a la cárcel o un juez te condene por tu ideología. De todas estas seguridades el ejército no sólo no defiende ninguna sino que sus constantes exigencias de financiación amenazan con el colapso de los servicios públicos, amenazados ya por fondos buitre, políticas neoliberales y exigencias europeas que, después de aconsejarnos gastar menos en sanidad y pensiones, nos lo acabarán exigiendo, como ya amenazó Mark Rutte
¿Quien defiende, pues, todo lo que nos da seguridad? Lo defendemos la ciudadanía organizada en mareas, asociaciones, colectivos, plataformas y algunos partidos y sindicatos. Haríamos bien en provocar sinergias, elaborar programas comunes y constituirnos en la verdadera alternativa de seguridad, una seguridad no militarizada, centrada en lo que nos importa, horizontal y descentralizada. En algunos ámbitos noviolentos se han hecho importantes esfuerzos en desarrollar una Defensa Popular Noviolenta como alternativa a la defensa militar en caso de agresión exterior, basada en la experiencia de las abundantes y variadas resistencias al nacismo, en la experiencia de las luchas noviolentas por la descolonización, como la India de Gandhi y en la rica experiencia de las luchas noviolentas latinoamericanas. Desde mi punto de vista, las agresiones militares exteriores suelen ser predecibles y evitables si hay voluntad. Sin embargo, no está de más conocer la caja de herramientas y las estrategias que nos aporta la noviolencia, pues ofrecen un material imprescindible para enfrentarnos a la invasión silenciosa que ya sufrimos con la presencia de fondos buitre, multinacionales, fondos de inversión o políticas impuestas desde centros de poder ajenos o propios. Unas herramientas que, sobre todo, nos servirán para defender lo que verdaderamente nos importa.
Desde distintos movimientos coincidimos en la necesidad de poner la vida en el centro. Eso significa alejarla del militarismo y de la brutalidad de la guerra. Por su propia supervivencia como especie, necesitamos cambiar la cultura militar de la violencia y la guerra por una cultura de paz, de cooperación, de justicia, de noviolencia. La tarea de la desmilitarización es tan difícil como necesaria, incluso diría que es urgente. Necesitamos desmilitarizar mentes para pensar que otro mundo es posible. Necesitamos desmilitarizar la cultura para que dejemos de considerar como grandes hombres de la historia a quienes fueron grandes criminales como Alejando Magno, Napoleón o Pizarro. Necesitamos desmilitarizar la ciencia para que deje de estar al servicio de la muerte y la destrucción y se ponga al servicio de la vida. Necesitamos desmilitarizar los territorios para que dejen de ser campos de entrenamiento para la muerte. Necesitamos desmilitarizar las conciencias, animando a la desobediencia. Cómo nos gustaría que en vez de unas decenas fueran miles los jóvenes objetores de conciencia en Israel que se niegan a la colonización y el genocidio. Desmilitarizar el lenguaje, la información. Desmilitarizar la economía, porque cada euro que dedicamos a preparar la guerra es un euro contra la vida. Desmilitarizar el trabajo, para que nadie tenga que trabajar en una fábrica de armas que destruirán la vida de otros trabajadores y otros hijos. Incluso desmilitarizar las creencias, pues cuando el militarismo logra tener a Dios de su parte todas las atrocidades se convierten en actos virtuosos. El genocidio que hoy se está cometiendo en Palestina está avalado al menos por parte del judaismo. Las atrocidades de ISIS son un pasaporte al paraiso. El cristianismo está plagado de guerras santas, cruzadas y guerras justas. Que no nos engañen más con palabras bonitas como invertir en seguridad o defender valores europeos. Concluyo con el lema de la Internacional de Resistentes a la Guerra (IRG): «La guerra es un crimen contra la humanidad». Por tanto, preparar la guerra es preparar crímenes contra la humanidad. A los hechos me remito.
Diez alternativas a la seguridad militarizada. Tom Kucharz
https://www.elsaltodiario.com/opinion/diez-alternativas-seguridad-militarizada
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