Resistir en Kabul.
Vivir en Afganistán es complicado, y especialmente para las mujeres. Y a pesar de ello, se protesta y se lucha. El domingo 16 de enero un pequeño grupo de mujeres marcharon frente a la Universidad de Kabul en protesta por la represión y la violencia. Contra la supresión progresiva de las libertades, la prohibición de asistir a las clases donde haya hombres, trabajar como funcionarias, viajar en coche solas, si no acompaña un hombre.
Sus pancartas pedían “Igualdad y Justicia” “Derechos para las mujeres, Derechos Humanos”. Denunciaban también la muerte a tiros de Zainab cuando volvía de una boda con su hermana, conduciendo su coche. “La vida de las mujeres se ha vuelto muy dura en Afganistán. El asesinato de Zainab, las restricciones de los taliban a las afganas…por lo que la única opción es alzar la voz, incluso si esto puede suponer un peligro para nuestras vidas”, aseguraba una de las organizadoras.
La marcha fue disuelta violentamente, con gas pimienta. El miedo hace que pocas se arriesguen a reclamar sus derechos en las calles.
Colombia: potencial político del Antimilitarismo y la Noviolencia activa.
La Colectiva Antimilitarista La Tulpa y la Universidad Autónoma de Latinoamérica (UNAULA) de Medellín publicaron en octubre 2021el libro «Trayectoria del antimilitarismo en Colombia: historia, reflexiones y política desde la noviolencia». Puede descargarse íntegramente.
Recoge varias experiencias de lucha de movimientos sociales en Bogotá y Medellín. Y la Objeción de Conciencia frente al ejército y la lucha armada. Colombia, país en guerra. Estudia la militarización como fenómeno característico del poder hegemónico, neocolonial, capitalista y patriarcal, que lo invade todo, ”todos son escenarios de guerra, los territorios, los barrios, las escuelas, los hogares..” Denuncia el reclutamiento de jóvenes por todos los actores armados, el irracional gasto militar frente a la miseria social del país. Identifica el militarismo con la masculinidad hegemónica, con las clases pudientes urbanas y caciquiles, multinacionales, frente a las periferias pobres. La violencia arrasa con toda opción de política y arrastra otras violencias, ecológica, familiar…
Se plantea dos objetivos: Eliminar el Servicio Militar Obligatorio como lastre colonial que lleva a la juventud al sacrificio de la guerra. Y proteger el proceso de post-acuerdo con las FARC y ELN, como mecanismo de reconciliación social que desescala las violencias de la guerra y da paso a otros discursos y actores, como la Noviolencia, la Banca ética…
En este marco de guerra total – a parte del libro presentado- se vienen desarrollando en Colombia importantes movimientos de resistencia noviolenta a la lucha armada, en defensa de las tierras y la naturaleza, tales como la Comunidad de Paz de Urabá o los Movimientos de Resistencia Indígena en el Cauca Colombiano.
La violencia no cesa. Indepaz, el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz de Colombia, denuncia, en lo que va de año, el asesinato de 13 personas líderes campesinas y activistas pro derechos humanos. Y 145 en el 2021. Así es el caso de Luz Marina Arteaga, médico. Encontrada sin vida en el rio Meta, el pasado 17 de enero. Había sido amenazada por acompañar a las comunidades en la reclamación de las tierras recuperadas del terrateniente Carranza, en la Orinoquía.
Conocer y difundir ya es un modo de luchar.
Se exige al Gobierno de España firmar el TPAN
El 22 de Enero se ha cumplido un año desde la entrada en vigor del Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares. Varias organizaciones, entre las que nos encontramos, hemos elaborado un manifiesto que han suscrito más de 40 colectivos y que hemos entregado en Presidencia del Gobierno, en el Congreso, en el Ministerio de Asuntos Exteriores y en el ministerio de Defensa.
El gobierno de España todavía no lo ha firmado a pesar de que más del 80 % de la población es favorable qa que firme el Tratado. Reclamamos al gobierno que lo firme o al menos que acuda como observador a la conferencia internacional que sobre el tema se celebrará en Viena del 22 al 24 de marzo, como ya han confirmado algunos países no firmantes. Cuando suenan tambores de guerra, el riesgo nuclear se acrecienta y es necesario seguir presionando para que la humanidad se vea libre de semejante amenaza.
El Nostrolito, la tumba de la guerra.
El sábado 29 de enero se ha celebrado en el distrito madrileña de Chamartín, en la plaza de Prosperidad, un acto con motivo del Día Escolar por la Paz y la Noviolencia, con el lema: “Hacemos lo que aprendemos, así que la educación para la paz y la convivencia puede ser una herramienta transformadora para la desaparición de la guerra”. Entre otras actividades, han contado a niñas y niños la historia del “Nostrolito”, un monumento de diseño infantil que representa la tumba de la guerra, con la inscripción: “Aquí yace la guerra”, levantado en 1986. Ante él se han colocado pancartas, se ha leído un manifiesto redactado por la Escuela Popular de Prosperidad y se han leído poesías en varios idiomas. Una semilla de paz que dará sus frutos.
Mujeres de Negro contra las guerras.
El 30 de enero, último domingo del mes, Mujeres de Negro de Madrid se han concentrado de 12 a 13 horas en la pza. Mayor de Madrid, en silencio, como hacen cada mes.. El tema ha sido el apoyo y solidaridad con Mujeres de Negro de Belgrado, acosadas por grupos nacionalistas de extrema derecha, con la complicidad del gobierno. Han repartido este interesante escrito en el que explican su situación:
APOYO Y SOLIDARIDAD PARA MUJERES DE NEGRO DE BELGRADO
La Red Internacional de Mujeres de Negro estamos muy preocupadas por las agresiones que
nuestras compañeras de Serbia están sufriendo por parte de individuos y grupos de
ultraderecha de su país, con total impunidad. Estos ataques se producen uno tras otro, sin que
las autoridades serbias hagan nada para impedirlos ni penalizar a los culpables. En los últimos
meses, no solo nuestras compañeras fueron las víctimas, también ha habido ataques a
periodistas que ejercen su derecho a informar objetivamente, a activistas defensores de los
Derechos Humanos y a la ciudadanía que se manifiesta en contra de estas agresiones.
Consideramos que los hombres y mujeres que dedican su vida a defender los DDHH son
piezas clave en la creación y mantenimiento de la democracia, a los que hay que proteger y
agradecer su trabajo. Sin embargo, en el caso actual de Serbia, país aspirante a pertenecer a la
Unión Europea, vemos que el gobierno de Vučić, en vez de proteger a estas personas, colabora
con los que perpetran las agresiones, como sucede en este caso de nuestras compañeras
serbias.
Los ataques más recientes se produjeron en la manifestación pacifista, con eslóganes de
noviolencia, en la plaza Cvetni de Belgrado, en la que les quitaron la pancarta que llevaban
con el mensaje “No olvidamos el genocidio de Srebrenica” y la quemaron públicamente.
Además, hubo grupos que amenazaron y persiguieron a las organizadoras de la manifestación
hasta sus casas, mientras que la policía se mostraba del lado de los atacantes, en vez de estarlo
al lado de la ley. Tampoco ha hecho nada para evitar las pintadas en la puerta y fachada del
local de Mujeres de Negro, insultándolas y recordando los nombres de genocidas nacionalistas
serbios condenados por el tribunal internacional de La Haya. El Gobierno, al permitir estas
agresiones, están desviando la atención de la opinión pública sobre la responsabilidad de
Serbia en el genocidio de Srebrenica. Precisamente, lo que Mujeres de Negro quieren, de ahí
que “No olvidemos el genocidio de Srebrenica” sea su mensaje más repetido. Creemos que la
normalización de esta violencia es un peligro no solo para las personas que la están sufriendo,
sino para toda sociedad que aspire a vivir en democracia.
Nuestras compañeras vienen sufriendo ataques desde hace 30 años, por su oposición a las
guerras de Milošević. Los atacantes de hoy son herederos de aquel régimen. El gobierno actual
de Vučić hace uso de grupos fascistas para amedrentar a quienes exigen un verdadero cambio
en la política serbia.
Mujeres de Negro pedimos:
Que el gobierno serbio frene las agresiones contra activistas defensores de DDHH.
Que la Unión Europea ponga como requisito de entrada a Serbia el reconocimiento del
genocidio de Srebrenica.
Que nuestro Gobierno apoye a las activistas por la paz en Serbia.
Mujeres de Negro contra la Guerra
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