Recuperar la memoria: El Movimiento Noviolento de Madrid. La Noviolencia Hoy.

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Juan Carlos Rois

Seguramente ha pasado al baúl de los no recuerdos el intento de constituir en Madrid un movimiento político noviolento al estilo del Mouvement pour une Alternative non-violente (MAN) francés o del Movimento Nonviolento (MNV) italiano, ambos de una arraigada antigüedad en Europa.

En nuestro caso la idea se pergeñó en los años 80 en torno al Movimiento de Objeción de Conciencia (MOC) y del Colectivo para la Alternativa Noviolenta (CAN), su principal impulsor. ( El folleto de 1984, con la Bases ideológicas del MNM aparece escaneado a continuación de este artículo.)

Ha pasado tiempo de sobra desde que en el verano de 1984 se celebró en Navacerrada el primer encuentro para conseguir parir la idea y se desarrollaron las bases ideológicas del movimiento noviolento de Madrid (MNM) y los perfiles del evento han ido a engrosar el cúmulo de olvidos de la trayectoria de la noviolencia política en estos lares. Quien escribe tiene vagos recuerdos de todo ello y no fue de quienes más tenía que aportar por aquel entonces. El encuentro del verano de Navacerrada ocurrió justo cuando preparaba mi tesina de fin de carrera y aunque elaboré una ponencia sobre justicia y desobediencia (o algo así, ya no me acuerdo bien del título) ni pude acudir al evento ni supe después si la susodicha llegó a aportarse como material (de hecho, en el que yo conservo no aparece).

En todo caso, y porque la coyuntura actual me parece de una enorme pertinencia para volver a hablar de noviolencia política (y para despejar de paso dudas y malentendidos sobre  lo que no es la noviolencia) y, quién sabe, a proponer la coordinación de la apuesta política de la noviolencia y de sus envite de lucha contra la violencia rectora que orienta nuestro mundo social y político, como una contribución más a compartir con los movimientos, organizaciones, luchas y acciones de talante transformador, me ha parecido de interés hacer recuerdo, un recuerdo parcial y sesgado, lo reconozco, de aquella memoria olvidada pero en definitiva, parte de nuestra experiencia de lucha y nuestra memoria colectiva.

Recordemos que en los años 80, y después de que Pepe Beúnza primero, los desobedientes de Can Serra después y la constitución de los colectivos antimilitaristas de objeción de conciencia seguidamente, dieran forma a la lucha por la objeción al servicio militar y pistoletazo de salida al ciclo de movilización desobediente y noviolento más intenso y fructífero que ha conseguido desencadenar el antimilitarismo en este apéndice occidental del imperio, el cual culminó con la insumisión y el final del impuesto de sangre del servicio militar.

Desde luego no era la única lucha antimilitarista de enjundia (recordemos las campañas de objeción fiscal, la reivindicación feminista de las antimilitaristas, la lucha contra los campos de tiro, las bases militares y la OTAN,  las luchas contra los juguetes bélicos, sexistas y sofisticados, las de educación para la paz y tantas otras) ni tampoco de las luchas noviolentas en las que andaba embarcada la gente (entre otras, campañas ecologistas, luchas vecinales, apuestas educativas), aunque sí que acaparaba gran parte de las energías y las acaparó más a partir de la publicación de la ley de objeción en diciembre de 1984, tal vez una de las razones de que el MNM acabó casi tan pronto como comenzó.

Pero vayamos a los hechos. MNM

En la reunión de verano de 1984 en Navacerrada se alcanzó el acuerdo constitutivo del MNM y se desarrollaron las bases ideológicas del mismo, quedando pendientes de futura aprobación las bases organizativas del mismo.

¿qué decían las bases ideológicas?

Las bases ideológicas no hacen una definición precisa de lo que entiende por noviolencia (por aquel entonces existía una visión con un potente componente personalista y una visión holística y ética junto con otra concepción más ecléctica y centrada en la metodología de lucha social), aunque se puede decir que de su lectura se infiere que concibe ésta como una opción netamente política “de lucha por una alternativa de sociedad (que) asume el pensamiento y la estrategia de la noviolencia”.

Entender qué es el pensamiento de la noviolencia al que se alude es harina de otro costal, porque, como ocurre con muchas de las prácticas sociales alternativas, se trata de un pensamiento en construcción, basado en la experiencia compartida y bastante anti dogmático.

Pero hay algunas notas que ya denotan la orientación de la noviolencia a la que alude el movimiento: primero, el uso del término noviolencia (una sola palabra) en vez del habitual en las concepciones pseudorreligiosas y personalistas/intimistas de no violencia (dos palabras).

El énfasis en el aspecto relacional con los otros hombres y con la naturaleza “ existiendo una reciprocidad en los cambios producidos en ambos” de la noviolencia.

El rechazo que efectúan las bases ideológicas de “toda solución a lo humano que olvide alguna de estas tres dimensiones (persona, sociedad y ecología) y de ideologías que impliquen “ el individualismo”…”la política reducida exclusivamente a cambios estructurales” y “el naturalismo que margine la protección de la especie humana (en realidad nunca he llegado a comprender qué quiere decir esto último, pero si es lo que intuyo creo que está desenfocado).

Acción noviolenta revolucionaria para transformar la realidad

Propone la acción noviolenta para transformar la realidad y, en seguimiento de algunas de las principales intuiciones de la práctica noviolenta afirma que la conflictividad huma hunde sus raíces en la violencia rectora y en la injusticia contra la que la noviolencia entablará su lucha. Señala que la noviolencia exige compromiso (personal y colectivo) para transformar la realidad, rechaza la pasividad y la equidistancia (no es lo mismo la violencia de los opresores que la de los oprimidos), urge al ejercicio del propio poder sobre la base de la propia conciencia y el ejercicio del poder colectivo, y se plantea dirigir los esfuerzos de la noviolencia “prioritariamente contra los estados de violencia (y no en primer lugar contra los actos de violencia) como primera causa de del deterioro humano y como origen de otras formas de violencia”


Entiende, si lo traducimos a términos de hoy, la noviolencia como una opción insurgente, pues la noviolencia se entiende como un “dinamismo revolucionario”, algo muy similar a lo que en 1986 afirmó la Segunda declaración ideológica del MOC al hablar de su opción por la noviolencia.

Metodología de lucha

Afina mucho más el texto cuando se preocupa de los métodos de lucha, señalando los clásicos apartados de análisis de la realidad, denuncia de la injusticia, no-colaboración, desobediencia civil y programa constructivo, enfatizando la necesidad de coherencia entre medios y fines, la eficacia entendida no en términos cortoplacistas y contables, la persuasión, presión y coacción como medios legítimos, el uso de medios legítimos aunque sean ilegales y la renuncia al uso político de la violencia contra el oponente.

Culmina la declaración analizando algunos principios del movimiento noviolento entre los que rotula la intención de constituirse en un movimiento político de lucha transformadora de carácter “radical”, que “se estructura como un movimiento de base, descentralizado, no jerárquico, que practica la democracia interna, coherente con la idea de una organización desde la noviolencia y cuya estructura de organización solo responde a la necesidad de una mayor eficacia en el trabajo de los grupos de base”, que “siente la necesidad de participar con otros grupos y organizaciones en campañas y tareas concretas que persigan unos fines y se planifiquen con una estrategia compatibles con la noviolencia” y “entiende la necesidad de confluir a nivel local, estatal e internacional con aquellas organizaciones y grupos que trabajen con los mismos fines y medios”.

Campos de trabajo.

Considera campos de acción prioritarios:

  • La extensión del movimiento y la profundización en la noviolencia.
  • La desmilitarización, con tres ejes: lucha contra el militarismo en todas sus expresiones, práctica de la desobediencia civil a sus mandatos y construcción de una alternativa global de defensa popular noviolenta.
  • La educación
  • La mejora de la calidad de vida y la construcción de un mundo habitable para todos.
  • El mundo del trabajo y de la economía, con la pretensión de ayudar a construir “un sistema de producción y consumo donde los fines y los medios estén determinados por procesos de autogestión en la línea de dar un nuevo sentido al trabajo desde la noviolencia”
  • “La supresión de las estructuras sexistas que, afectando especialmente a la mujer, implican a todos personal y colectivamente de forma sustancial e ineludible”.

Encuentro de Madrid en febrero de 1985.

El encuentro de Navacerrada no cerró el proceso constituyente del MNM. Quedaba por definir las bases organizativas del mismo, para lo que se acordó constituir un equipo coordinador, con el encargo de preparar una asamblea en la que debía ponerse fin al proceso constituyente del MNM, que se celebro a principios de febrero de 1985.

Durante el otoño e invierno de 1984 y hasta febrero de 1985 funcionaron, con mayor o menor éxito, varias comisiones de trabajo que indican la orientación de los trabajos iniciales del MNM:

Defensa popular noviolenta, animada por Javier y Antonio (eludo apellidos por resguardar anonimatos).

Educación: animada por Julio, Ovidio y Marciano.

Gasto militar, animada por Javier.

Devolución de cartillas militares, por Maxi.

Ecología: Pedro

Feminismo, que permaneció, hasta donde yo sé, sin una persona animadora concreta.

En el mes de febrero se adoptaron las bases organizativas con las que el MNM funcionó en el corto espacio en que tuvo vida, hasta que, como se ha insinuado, las energías de la lucha desobediente contra la ley de Objeción de conciencia y el desarrollo del segundo congreso del MOC (que asumió una gran parte de la inspiración política del MNM) acabaron por aparcar el MNM para centrar todos los esfuerzos en la lucha desobediente de la objeción de conciencia y de la insumisión.

La Noviolencia hoy.

La práctica y la experiencia de la noviolencia ha cambiado mucho desde los años 80 del siglo XX a nuestros días. La extensión de la metodología noviolenta a la mayoría de las luchas sociales y reivindicaciones de cambio es hoy una constatable evidencia.

Hoy la acción noviolencia es un patrimonio compartido del antimilitarismo, del ecologismo, del feminismo y de una gran parte de las luchas populares, comunitarias y de reinvindicación y conquista de derechos negados. También se ha extendido en las luchas populares de resistencia civil ante regímenes autoritarios, ocupaciones y otros conflictos territoriales.

En el estado español la campaña de insumisión, con el ciclo movilizador que desencadenó, ejemplifica la capacidad de la metodología noviolenta para oponerse con éxito a las imposiciones militaristas, un aprendizaje que tal vez ahora se vuelve más pertinente ante una nueva arremetida de los señores de la guerra.

También tenemos un mayor conocimiento de los mecanismos con los que opera el carácter rector de la violencia como medio y fin de las relaciones humanas y con la naturaleza y de su cristalización en estructuras de violencia y en culturas violentas que le sirven de sustento y la organizan.  Gracias a la práctica acumulada hemos aprendido mucho más sobre la transformación de conflictos con mecanismos noviolentos y d la aplicabilidad de estas estrategias.

La caja de herramientas de la acción noviolenta también se ha ido perfeccionando con la experiencia de tantas luchas sociales, de modo que hoy contamos con un repertorio variado y creativo de herramientas de lucha noviolenta.

La estrategia noviolenta se ha convertido así en una potente metodología de acción política con capacidad transformadora al servicio de la sociedad.

Estamos ahora en mejores condiciones para ensayar una mejor caracterización de la noviolencia. Esta no es ni una doctrina (nueva o vieja), ni una ideología o filosofía de vida. No está en su esencia el producir hombres y mujeres virtuosos, angélicos o santos ni se enfoca su propuesta principalmente a la transformación espiritual o personal ni a ninguna tipología de modo de vida específicamente noviolento.

No es que las creencias, ideologías, filosofías o sentimientos que conduzcan a cada cual a la propuesta noviolenta no tengan su importancia para la construcción de la personalidad de cada cual, o que no tengan su peso en el acervo experiencial de la lucha noviolenta, ayudando a depurar la estrategia de lucha y sus requerimientos de eficacia, coherencia, aspectos valorativos o afectivos y un largo etcétera. Tampoco excluye que la amalgama de valores, ideas y creencias particulares, en contacto con las de otras personas que participan de la lucha noviolenta, conduzca a cambios de comportamiento personal y social, a modificaciones de conductas y a un enorme enriquecimiento. Incluso que haya entre los partícipes hombres y mujeres ejemplares y colmados de virtudes, o inclusos santos de toda santidad.

En buena lógica, como toda la experiencia humana, el paso por la lucha noviolenta o por cualquiera de sus campañas, el contacto con quienes luchan a nuestro lado, va generando afinidades, ideas y sueños compartidos, maneras colectivas de enfrentar las distintas situaciones y, en definitiva, afectando nuestro modo de ser y de estar.

En este sentido la noviolencia puede también ser una escuela de aprendizaje y adquisición de nuevos hábitos y habilidades tanto políticos como personales y, en la medida en que se pretende además como un proyecto conducente a la lucha contra la violencia rectora y por la construcción de una alternativa, también puede marcar, de hecho, lo deseable es que lo haga, nuestros modos de vida, posicionamientos y criterios y comportamientos para ser más coherentes.

Pero, en suma, la noviolencia, definitivamente, se refiere más bien al mundo de la acción colectiva que aspira a un cambio social mediante la aplicación de una metodología de lucha concreta y diferenciada.

Con todo ello, consideramos que la noviolencia, es por tanto, una propuesta de acción política colectiva de orden pragmático, encaminada a provocar cambios sociales o a resistirse a la acción violenta, que deliberadamente rechaza el ejercicio social o político de la violencia como herramienta de lucha propia y que utiliza estratégicamente un repertorio de acción colectiva y pública basado en el empoderamiento social, la resistencia, tanto en lo referente a la no colaboración con el mal contra el que se lucha ( desde en emprendimiento de acciones legales, como ilegales, el boicot y la no sumisión al poder ni a sus lógicas, en las acciones directas y comunicativas y en la desobediencia civil), como en la puesta en práctica de relaciones tentativas alternativas de ejercicio de poder popular e inteligencia colectiva, cuidados y prácticas cooperativas, cuyos objetivos inmediatos vienen dados por las luchas concretas en los que se utiliza pero que trasciende a éstos y aspira a un cambio del paradigma de dominación-violencia que caracteriza nuestras sociedades y a combatir y superar de manera procesual y dinámica la violencia rectora que organiza gran parte de las estructuras y la cultura existentes.

la metodología noviolenta reconoce la dinámica violenta que subyace a los conflictos y a las relaciones de injusticia y de negación de la vida que reproduce y consolida, y precisamente dirige su acción intencional (mediante la interposición de los cuerpos, la negación de sumisión, la desobediencia, el boicot, etcétera) contra la raíz violenta del conflicto con el fin de lograr cambios sociales de raíz.

Por ello:

  • La noviolencia se rige por el propósito de lucha y afirmación basado en la interdependencia global de todos los seres vivos y de la naturaleza, la igual duelidad de todas las formas de vida, la lucha incruenta contra las desigualdades, injusticias y contra violencia global y rectora que organiza la convivencia y la vida social y política.
  • La noviolencia no pretende negar la violencia, sino que aspira a rechazar su lógica, lo que equivale a reconocerla, resistirla, reconducirla y desarraigarla de las relaciones sociales y políticas, particularmente en situaciones de injusticia y negación de la vida o de la igualdad.
  • No busca, por tanto, aislarse o abstenerse de la violencia o de prestarla un apoyo explícito, sino que se propone negarla cualquier tipo de colaboración, incluso pasiva o por omisión, y exige enfrentarla de forma colectiva mediante la implicación directa y activa, comprometida e incondicional.
  • No quiere responder desde su dinámica, sino desenmascararla y cortocircuitarla mediante la resistencia, la no colaboración y la desobediencia, con toda su caja de herramientas, con la acción colaborativa y colectiva, la participación directa en los acontecimientos, la reconstrucción de vínculos sociales amenazados o rotos por la violencia y la apuesta, siempre abierta e imperfecta, por la transformación social y por el respeto a la vida.
  • La noviolencia no es por tanto la adhesión o la simpatía por un cúmulo de ideas o creencias, sino una apuesta por una participación personal y colectiva, en la medida de las propias capacidades y fragilidades, a una práctica de lucha social colectiva desde la apuesta por metodologías de lucha pacíficas.
  • La noviolencia apela a la conciencia personal y a la resistencia con el propio cuerpo como instrumento de lucha social.
  • La noviolencia no nos justifica, sino que exige la constante revisión de sus campañas y motivaciones, así como la revisión personal y al crecimiento de sus activistas y partícipes y la apertura al aprendizaje por la acción y la experiencia común, al mejoramiento, a la sabiduría construida desde los comunes.
  • La noviolencia es un aprendizaje y exige preparación personal y grupal, pensamiento estratégico construido en común, metodologías participativas, inclusivas y de base y persistencia en la actuación.
  • La noviolencia propone como parte de su metodología el valor esencial de lo comunitario y el empoderamiento social frente a la lógica del poder y de la violencia.
  • La noviolencia incorpora al menos dos dinámicas simultáneas de lucha: quitarle poder a la injusticia que se combate y dotar de la alternativa a la reivindicación que se desarrolla, para lo cual tan importante es el enfrentamiento y la acción contra la primera como la consolidación de prácticas, relaciones,
  • La acción noviolenta, en el actual marco de globalización capitalista, actúa de forma singular contra el conflicto concreto en el que se desarrolla y transversalmente en la dinámica de violencia rectora que lo causa-
  • Del mismo modo, se concreta en lo local, pero su mirada y potencialidad es global simultáneamente.
  • La noviolencia, como metodología de acción, está abierta y anuncia en su propia metodología sociedades alternativas y transformadas capaces de superar la violencia rectora y superar el paradigma de dominación violencia en las relaciones sociales por otro de noviolencia-cooperación.

El grave problema de la violencia no es tanto su uso puntual o episódico para repeler un mal inevitable o una injusticia inasumible, como el papel que la violencia tiene dentro de nuestro contexto de violencia rectora y  por eso en un determinado supuesto es preferible acudir a un acto con cierta dosis de violencia para evitar una injusticia que mantenerse cómplices de la misma, mientras que es absolutamente inadmisible alimentar la violencia rectora o colaborar con su propagación, del mismo modo que ciertas metodologías de no cooperación o de resistencia civil no violenta no son necesariamente partícipes de la pretensión noviolenta de lucha contra la violencia rectora.

Bajo esta concepción nos podemos preguntar hoy en día cómo expandir y coordinar mejor las luchas noviolentas actuales y sus pretensiones de cambio global y, en cierto modo, cómo amplificar su práctica al reto de idear un proceso coordinador de luchas y capaz de ofrecer un horizonte de alternativa global de defensa de la seguridad humana y de la naturaleza que supere el papel rector de la violencia.

Tal vez en este contexto interese rastrear iniciativas como la que en su día supuso el intento de creación de un movimiento noviolento en Madrid. No sabemos si hoy sería deseable intentar una iniciativa similar, pero el referente invita al menos a preguntarnos al respecto.

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BASES-IDEOLOGICAS-DEL-MOVIMIENTO-NOVIOLENTO-DE-MADRID

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