Princesas, Ejércitos,…Y los Feminismos, para cambiarlo todo¡

,


(Se incluyen: El Manifiesto de la Comisión 8M de Madrid 2024 y El Manifiesto de Ecologistas en Acción para el 8M.)

Si hay algún movimiento que pueda minar las estructuras del sistema patriarcal capitalista ese es el movimiento feminista. Nació reclamando la presencia de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad y ha ido evolucionando hacia su transformación total. Lo mismo que sucede con otros movimientos como el ecologista, el sindical o el pacifista, no hay una única manera de entender el feminismo. Su capacidad de transformación y de impregnar la sociedad es tal que prácticamente todas las fuerzas políticas se declaran “feministas” aunque su práctica demuestre lo contrario.

Hay una corriente oficial que asume con entusiasmo la igualdad teórica de la mujer dentro del sistema liberal que busca hacerla partícipe de casi todas las tareas, aunque en realidad siga habiendo “techos de cristal”, incluidas las tareas de control y represión en los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, y hasta en el ejército. En España llevamos ya tres ministras de “defensa”, o de la guerra, con constantes campañas para que la mujer pueda acceder al ejército, como si su presencia pudiera disimular la profunda raíz patriarcal y su papel de dominación. En esta campaña de “feminizar” el ejército ha cumplido un espectacular papel la incorporación de una princesa al ejército con un gran aparato de propaganda, pero el feminismo transformador pasa de princesas y militares. Aunque es posible desde 1988, no llega a un 13% el número de mujeres que forma parte del ejército. Su naturaleza eminentemente patriarcal, su función de preparación para acabar con la vida de quienes te designen como enemigos, su carácter machista con constantes abusos sobre la mujer que suelen quedar impunes, explica que sólo algunas mentes militarizadas busquen sentido a su vida en el ejército.

Existe otra corriente que aspira a “cambiarlo todo”, que no se conforma con participar en plano de igualdad dentro del marco patriarcal, quiere derribarlo y construir un nuevo paradigma con otras reglas. Conscientes de haber sufrido todo tipo de violencia y opresión, este feminismo rechaza todas las formas de dominación y opresión no sólo de cada mujer y de todas las mujeres, sino también de los pueblos, quitando toda legitimidad a la violencia como forma de relación, como instrumento de dominación o como modo para resolver los conflictos. El movimiento feminista está transformando profundamente la sociedad sin dar un solo tiro. No es una revolución al uso en la que la mujer aspire a hacerse con el poder y “dar la vuelta a la tortilla”, aunque su potencial transformador asuste a algunos y acusen a las mujeres de “feminazis”. La revolución feministas una revolución contra las claves del poder: la dominación por la amenaza, el miedo, la extorsión y la violencia en todas sus formas. Decenas de mujeres mueren cada año en España por la violencia machista. Cientos de miles de personas mueren cada año en las guerras, millones pierden sus hogares, su tierra y se ven forzadas a migrar en condiciones de miseria, sin que haya visos de poder parar semejante locura colectiva. Machismo y militarismo van de la mano, son dos caras de una misma moneda que se apoyan y retroalimentan, el patriarcado. Por ello, la lucha feminista contra el machismo se complementa con la lucha antimilitarista, compartiendo ambas el mismo horizonte.

Poner la vida en el centro nos lleva necesariamente a dejar en la orilla de la historia al militarismo. La tarea no es pequeña ni sencilla, pero las últimas muestras de la crueldad de los Señores de la Guerra, así como la capacidad aniquiladora de sus armas nucleares, nos muestran la urgencia de la tarea, pues nos va la vida en ello.

__________________________

Incluimos el Manifiesto de la Comisión 8M de Madrid 2024.

__________________________

MANIFIESTO 8 MARZO 2024 Patriarcado, genocidios, privilegios #SeAcabó

La mañana del 1 de febrero, en Barcelona, una mujer de 78 años, una de tantas, fue desahuciada de la casa en la que llevaba viviendo más de medio siglo. Después de suplicar que la dejaran quedarse, la mujer se arregló y se colocó debajo del abrigo un pañuelo blanco y negro que de lejos parecía un pañuelo palestino. Dio dos vueltas a la llave y dejó un beso en la imagen que adornaba la puerta, que decía: Dios bendiga cada rincón de esta casa. Escoltada por la policía se echó al bolsillo la llave de la casa a la que no va a volver. Guardó la llave como lo hicieron las judías sefardíes, las moriscas o las gitanas a las que expulsamos de este reino de España que siempre se ha querido puro y blanco a
cualquier precio; como la guardan las familias saharauis en el desierto y las mujeres palestinas que llevan sesenta años expulsadas de sus casas y que hoy son bombardeadas y privadas de alimento y agua. ¿Qué mundo es este? Decía un poema de Bertolt Brecht en 1938: ¿”Qué tiempos son estos en los que hablar de árboles parece un crimen, porque implica silenciar tanta injusticia”?

Hoy, como entonces, vivimos un genocidio en directo, en Palestina, y otros genocidios más, silenciados, en otros lugares, como en la República Democrática del Congo, donde se extermina para comerciar con los minerales que hacen funcionar nuestros coches eléctricos y nuestros teléfonos móviles. Y, sin embargo, responde en otro poema Adrienne Rich, “es necesario hablar de árboles” porque sabemos “quiénes quieren hacerlos desaparecer”. En los espacios verdes y en las calles de la Comunidad de Madrid se están talando cientos de árboles de manera gratuita e indiscriminada, con una indiferencia cruel por el pasado y por el futuro. Es necesario hablar de árboles. Hablar de árboles es hablar de que la sequía acecha y nuestro aire se contamina; es hablar de pobreza energética, de que las familias de la Cañada Real siguen sin luz desde hace ya cuatro años, de que la brecha entre lo rural y lo urbano se hace cada vez más insoportable, de que la especulación incontrolada con los bienes de primera necesidad nos precariza a todas y todes.
Hablar de árboles es hablar de extractivismo, de que el Norte global consume la mayoría de los recursos disponibles; es denunciar el exterminio de los pueblos originarios y el deterioro de las condiciones vitales de la mayoría del planeta; es hablar de que la población migrante, desplazada y refugiada aumenta de manera exponencial. No olvidamos a las mujeres de la nación mapuche, en Argentina
y Chile, asesinadas por defender su territorio. No olvidamos a las personas hacinadas en Barajas, en condiciones inhumanas, a la espera de que acepten su solicitud de asilo. El pasado año, 6.618 personas, 18 personas al día, han muerto tratando de llegar a España por mar, entre ellas 363 mujeresy 384 criaturas.

Las feministas decimos SE ACABÓ: nuestro bienestar precario no puede sostenerse sobre la explotación y la miseria de nuestras vecinas, de otros pueblos y de otras vidas. Se acabaron los privilegios. Hablamos de árboles porque cuando talan árboles revelan su absoluto desprecio por la vida, mientras nosotras sobrevivimos en un sistema que nos agota, enferma y asesina; un sistema que no duda en encerrar en residencias, psiquiátricos, CIES o cárceles a las personas que molestan, que estorban, que sobran, a las que no producen ni rentan. Recordamos que en la Comunidad de Madrid 7.291 personas fueron condenadas a una muerte indigna en las residencias de la tercera edad, que María Jesús murió sola mientras trabajaba limpiando un colegio de Móstoles a 40 grados a la sombra, que Samba Martine murió encerrada en un CIE sin recibir atención médica, que en España se suicidan 11 personas al día.

Vamos a recuperar una sanidad pública, universal, accesible y de calidad, que nos cuide de forma integral en lugar de psiquiatrizarnos; que reconozca las enfermedades profesionales de los cuerpos rotos de las trabajadoras del hogar; una sanidad donde podamos ejercer nuestro derecho a la interrupción del embarazo sin acoso ni cuestionamientos, sin trabas ni prejuicios, con o sin papeles, en nuestro hospital público de referencia. Vamos a hacer barrios y pueblos inclusivos, con apoyos y oportunidades para que tengamos una vida digna y que merezca la alegría de ser vivida. Hablar de árboles es reivindicar el derecho universal a la belleza, a una existencia plena y disfrutona, a la salud, la
felicidad y el deseo. El derecho a maternar sin temor, a crecer sin temor, a envejecer sin temor; a respetarnos, cuidarnos y querernos. Reivindicamos el derecho de las mujeres chinas a trabajar sin temor, en sus comercios, sus bazares, sus restaurantes; a estudiar sin temor, a ir al médico sin temor.

Las feministas decimos SE ACABÓ. Se acabó esa libertad cínica que solo beneficia al dinero y a los cuerpos privilegiados. Se acabaron los privilegios. Nuestra libertad no mata. Abrazamos a nuestras compañeras argentinas, que se enfrentan a una escalada de retrocesos y a una
política homicida. Abrazamos a nuestras compañeras ecuatorianas, a nuestras compañeras latinoamericanas, que luchan contra los feminicidios, la militarización de su sociedad y la represión de sus comunidades. Abrazamos a las familias disidentes de nuestras compañeras italianas. Las ideologías de la extrema derecha amenazan nuestras vidas y libertades en todo el mundo. La Unión Europea acaba de aprobar
un pacto sobre migración y asilo que impone aún más obstáculos para acceder al procedimiento de asilo y conlleva la vulneración de los derechos humanos, especialmente de las mujeres y las infancias. En la Comunidad de Madrid, la derogación de parte de las leyes trans y LGTBI es el penúltimo ejemplo de la ofensiva reaccionaria y neoliberal de un gobierno que asume los postulados de la derecha más rancia. Denunciamos el señalamiento racista a la infancia migrante, el boicot constante a la educación pública, a la educación igualitaria y a la educación afectivo-sexual. Denunciamos el recorte de las prestaciones sociales mientras que la brecha salarial y de las pensiones no se cierra. En un año en el que todos los indicadores de violencia han aumentado, denunciamos el cuestionamiento de la violencia de género, de las mujeres que la sufren y de las profesionales de las redes que las atienden, así como el desmantelamiento de los recursos existentes. Eso que llaman reacción antifeminista es un intento más de reprimir la potencia imparable del movimiento feminista. No olvidamos a las mujeres represaliadas y silenciadas por el franquismo. Siempre presentes todas las mujeres que nos precedieron: sindicalistas, sufragistas, activistas de todos los frentes, seguimos vuestra lucha. Con vosotras y por vosotras lo volvemos a decir: Se acabó el patriarcado, SE ACABÓ. Si
tocan a una, respondemos todas.

El feminismo es plural y diverso, defiende la justicia social y la igualdad radical. El feminismo se nutre de las luchas de todas las mujeres: de las mujeres cis y de las mujeres trans; transforma y emancipa desde la diversidad y las circunstancias de cada comunidad, de cada colectiva. Exigimos la derogación inmediata de la Ley Mordaza que criminaliza el derecho a la protesta y castiga especialmente a las prostitutas. Exigimos la regularización ya de las personas migrantes en el Estado español: papeles para todas o todas sin papeles. Exigimos la derogación de la Ley de Extranjería, que permite la explotación de cientos de miles de mujeres en trabajos invisibilizados y mal pagados, que les impide el ejercicio de sus derechos y que las deja a merced de todo tipo de violencias, incluyendo la trata.

Se acabó la impunidad. Se acabó el pacto de silencio eclesiástico. Se acabó la violencia contra las mujeres, las infancias y las personas disidentes. Recordamos a las mujeres y criaturas asesinadas por la violencia machista. Recordamos a las 21 jornaleras secuestradas en Sevilla; a Sarah y a Ángela Marcelo, jornaleras fallecidas en accidentes de autobús en Almonte y en Lorca; a Belén López Díaz, kelly fallecida en su puesto de trabajo en Tenerife; a las mujeres ucranianas, afganas, iraníes; a las madres protectoras, a todas las mujeres que se enfrentan a la violencia sexual, la denuncien o no; a las niñas del colegio de San Ildefonso, a Jenni Hermoso y a quienes sufren acoso y violencia en el entorno laboral, educativo y familiar; en las redes, en las casas y en las calles. Se acabó el patriarcado, SE ACABÓ, se va a caer.

Las feministas decimos: SE ACABÓ el colonialismo militarizado, racista y genocida. Junto a las mujeres palestinas y a todas las que trabajan activamente por la paz y la justicia y que luchan contra las acciones de sus gobiernos en Israel, en Estados Unidos y en todos los países, exigimos que cese inmediatamente el castigo colectivo contra la población palestina.

Patriarcado, genocidios, privilegios… Las feministas gritamos:
SE ACABÓ. NUESTRO MUNDO ES OTRO.( https://hacialahuelgafeminista.org/manifiesto-8m-madrid-2024-2/)

____________________________

Incluimos a continuación el Manifiesto de Ecologistas en Acción para el 8M

____________________________

8M: Manifiesto ecofeminista y pacifista contra el genocidio de Gaza, las guerras y el militarismo

  • Con motivo del próximo Día Internacional de la Mujer, Ecologistas en Acción lanza un manifiesto ecofeminista y pacifista que pone el acento en la masacre de Gaza y en el asesinato de quienes defienden el territorio de los proyectos extractivistas.
  • El Área de Ecofeminismo de la organización ecologista denuncia las bases patriarcales, racistas y belicistas de las economías capitalistas y defiende la redistribución de la riqueza, la equidad en el acceso a los recursos y la sororidad como herramientas de cambio. 

A continuación se reproduce íntegro el manifiesto de Ecologistas en Acción para conmemorar el 8 de marzo de 2024:

ALZAMOS NUESTRAS VOCES POR UN FUTURO VERDE Y SIN VIOLENCIA 

La Tierra hoy es un lugar hostil y peligroso para muchas personas, en especial para niñas, niños, mujeres y toda persona en situación de vulnerabilidad. Más de 30 conflictos armados y guerras por el control de los recursos y el territorio están en curso; colosales daños a los ecosistemas, a la biodiversidad y a los procesos bioproductivos de la Tierra retroalimentan la confluencia de la crisis climática, ecológica, económica y energética, haciendo más difícil la vida de millones de personas y seres vivos cada día.

POR ESO ALZAMOS NUESTRAS VOCES CON ESTE MANIFIESTO ECOFEMINISTA Y PACIFISTA

En este contexto violento y beligerante, de creciente desigualdad y destrucción ecológica extremas, cobra importancia recordar los orígenes del pensamiento ecofeminista cuando Petra Kelly, activista pacifista y ecologista alemana, luchaba por la esperanza hacia un futuro verde y sin violencia. Desde entonces, las ecofeministas nos hemos declarado no solo antimilitaristas sino pacifistas y, como tal, denunciamos el capitalismo, el racismo y el patriarcado porque son sistemas depredadores que están acabando con los bienes naturales, la biodiversidad y las formas de vida en todo el planeta. Tanto en el Sur Global como en el Norte Global, las culturas locales están librando una lucha desigual por defender sus entornos y sus medios de vida autóctonos, libres de los intereses destructivos de las grandes empresas energéticas, agroalimentarias y turísticas cuya voracidad es incompatible con los valores de la vida buena, la equidad, la suficiencia y frugalidad que propugnamos las personas ecofeministas en un planeta finito, empobrecido y herido.

Históricamente las guerras las declaran los varones, pero las padecen la naturaleza y las sufren especialmente las mujeres, sus hijos e hijas y todas las personas con vidas más precarizadas y cruzadas por otros sistemas de opresión (racismo, lgtbfobia, capacitismo o clasismo). En las condiciones más adversas de muerte, destrucción, pobreza y violación de todos sus derechos, las niñas y las mujeres (y más las mujeres migrantes, rurales, racializadas, entre otras) son además víctimas agravadas de diferentes formas de violencia sexista, como violación sexual, esclavitud sexual, torturas, embarazos o abortos forzados, entre otras.

Sabemos que el sistema neoliberal global productivista, empujado por los valores heteropatriarcales, los racistas y los antropocéntricos de separación, devaluación y dominio de la naturaleza en todas sus formas, provoca conflictos y guerras extractivistas que sacrifican territorios, biodiversidad y poblaciones humanas con sus formas de vida en aras de la codicia de un sistema ecocida y etnocida. Todo ello nos aboca a la autodestrucción y al colapso colectivo, lo que afecta de lleno a las mujeres —con toda sus diversidades—  por ser, debido al sistema patriarcal, las principales encargadas del sostenimiento de la vida humana y del mantenimiento de la naturaleza y el resto de seres vivos.

Desgraciadamente, las luchas armadas y las guerras se están normalizando como formas de actuación de Estados, corporaciones y empresas con el fin de ocupar y controlar territorios y recursos. Es el colonialismo del futuro. En este contexto cada año son asesinadas cientos de defensoras del territorio en todo el planeta, siendo víctimas de prácticas de creciente expropiación individual y colectiva, militarismo y securitización de territorios y fronteras. Los gobiernos y las grandes empresas son cómplices, por acción o por inacción y, por tanto, son corresponsables.

Por ello, EXIGIMOS que respondan ante la ciudadanía y también ante los tribunales.

En los territorios ocupados de Palestina la población vive desde hace 75 años bajo la ocupación del Estado de Israel, sometida a violencia sistemática, desplazamiento forzoso y pobreza. Desde octubre de 2023, asistimos horrorizadas a unos ataques que ponen en evidencia la intención de Israel de provocar el genocidio del pueblo palestino en la Franja de Gaza, su aniquilación. Hay hambruna, más de 30.000 personas han sido asesinadas, decenas de miles desaparecidas o heridas y el 90 % de las familias han sido desplazadas numerosas veces. No hay suministro de energía ni agua. No hay alimentos. No hay medicinas. Toda la ayuda ha sido bloqueada.

Estamos también con la población Saharaui, refugiada en su propia tierra y expulsada  de los territorios ocupados por Marruecos desde 1976.

Desde el área Ecofeminista de Ecologistas en Acción, hoy, DÍA INTERNACIONAL DE LAS MUJERES:

APELAMOS al deber moral y legal de los gobiernos y de las instituciones multilaterales de garantizar la vida, los derechos y el bienestar de la ciudadanía global.

EXIGIMOS EL INMEDIATO ALTO EL FUEGO EN GAZA Y EL FIN DE LA OCUPACIÓN DE PALESTINA.

NOS OPONEMOS A LAS GUERRAS Y AL MILITARISMO.  

PROPUGNAMOS una redistribución justa y suficiente de los bienes y recursos planetarios junto a la preservación y cuidados necesarios para cubrir las necesidades básicas de todos los seres humanos, dentro de los límites que nos impone el planeta Tierra y las exigencias de la sostenibilidad de todas las formas de vida y sus redes simbióticas.

Porque no bastan las declaraciones retóricas de emergencia climática, sino que es necesario dejar de subvencionar las actividades hipercontaminantes o directamente destructivas que atentan contra la vida y el bienestar de las mayorías sociales, y que incluso son innecesarias, como es el caso de la industria bélica.

EXIGIMOS mayor urgencia y ambición en las políticas de mitigación del sobrecalentamiento climático, y de contención y adaptación a sus múltiples efectos ecosociales devastadores que comportan unas condiciones de vida y un porvenir mucho más difícil y trágico.

DENUNCIAMOS la violencia económica y laboral —agravada en el caso de las mujeres racializadas, empobrecidas, migrantes, personas LGTBQ+ y aquellas en situación de mayor vulnerabilidad—y EXIGIMOS una igualdad efectiva de derechos laborales que ponga fin a la brecha salarial de género y promueva un acceso en igualdad de oportunidades a todo puesto de representatividad y toma de decisiones en el ámbito laboral. Sin ello, el sistema perpetuará una discriminación económica que se traduce en una feminización de la pobreza condenando a miles de mujeres a vivir en situación de extrema precariedad.

REIVINDICAMOS la necesidad de trabajar menos para vivir mejor, de recuperar tiempos para la vida y su disfrute. Ha llegado el momento de compartir la responsabilidad de la reproducción social de la especie, y, por tanto, de repartir los trabajos de cuidado, dado que el derecho y la obligación de cuidar compete a todas las personas.

QUEREMOS GENERAR culturas que defiendan valores entretejidos con la cotidianidad de la vida teniendo en cuenta las necesidades de otros seres y espacios.

QUEREMOS REVITALIZAR los valores comunitarios, sociales y ambientales.

APOSTAMOS POR UNA TRANSICIÓN ECOSOCIAL JUSTA orientada por una Economía de los Cuidados donde el sistema socioeconómico prioricen los trabajos esenciales y necesarios para el sostenimiento de todas las vidas y la reproducción social de los seres humanos, de los ecosistemas y la biodiversidad.  Ante ello nos sentimos apeladas a llevar a cabo una acción planificada y ordenada respecto a la asignación presupuestaria y la reordenación de tiempos y jornadas laborales, repartiéndolos entre los sexos, las generaciones, los agentes sociales (empresas, comunidad, familias),  dentro de los ámbitos público, privado y comunitario.

LUCHAMOS por el reconocimiento pleno de derechos de las mujeres migrantes en situación irregular en España, sobre cuyo trabajo invisible, desvalorizado y precarizado se sustentan las cadenas internacionales de cuidados. Sobre ellas recaen gran parte de las tareas de cuidado en nuestra sociedad, llevados a cabo frecuentemente en condiciones ilegales, los que mantienen en funcionamiento del sistema económico-productivo capitalista. La regularización de sus situaciones administrativas, así como el reconocimiento del derecho de asilo de mujeres que huyen de las guerras, de las consecuencias del cambio climático y de los abusos del patriarcado en sus países de origen, junto con el amparo a las menores migrantes no acompañadas, son asignaturas pendientes que tiene la democracia y el estado de derecho español.

DENUNCIAMOS la violencia política e institucional que están llevando a cabo varios gobiernos locales y regionales reaccionarios constituidos a partir del 28 de mayo de 2023, al eliminar o rebajar de nivel administrativo de los organismos de defensa y promoción de las mujeres. Al mismo tiempo, están infra financiando las políticas que favorecen la igualdad, y privatizando los servicios sociales públicos dirigidos a la atención a mujeres, menores de edad, personas ancianas y dependientes.

ALERTAMOS de que la extrema derecha que gobierna en numerosas instituciones y países banaliza las formas de discriminación estructural que padecen las mujeres en todo el mundo, al tiempo que niega las violencias machistas y la violencia del cambio climático sobre los ecosistemas y la Tierra.  Sus intentos de retrotraernos a modelos de desigualdad incompatibles con los derechos de las mujeres  perpetúan y generar nuevas formas de violencia sexual, cosificación y explotación de las mujeres ante otras formas de ejercicio del poder.

Por todo ello,  HOY 8M DE 2024, DÍA INTERNACIONAL DE LAS MUJERES, SEGUIMOS TEJIENDO REDES grandes, fuertes y llenas de sororidad con mujeres, disidencias y ecofeministas a lo largo y ancho del planeta. Disidencias de todas las edades y condiciones seguimos manifestándonos en favor de un mundo feminista, con justicia ecosocial y climática y sin guerras.

Porque el futuro será ECOFEMINISTA Y PACIFISTA, O NO SERÁ.

militarismo-patriarcado-infografia (1).pdf

_(https://www.ecologistasenaccion.org/311548/8m-manifiesto-ecofeminista-y-pacifista-contra-el-genocidio-de-gaza-las-guerras-y-el-militarismo/)

_______________________