Manifiesto: ‘Descarbonizar Es Desmilitarizar. Control y limitación de las emisiones militares‘
Desde hace tiempo la comunidad científica insiste en la necesidad de reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) para evitar el aumento de la temperatura media de la Tierra. Sin embargo, las diferentes Conferencias de las Partes sobre el cambio climático (COP) no han sido capaces de incluir el ámbito militar en la obligatoriedad de reducción de emisiones GEI. La información sobre (y la reducción de) las emisiones de GEI militares quedaron exentas del acuerdo de Kioto (1997). El acuerdo de París (2015) suprimió su exención, pero permite la voluntariedad de la información y deja la reducción al criterio de cada país
Las emisiones de GEI del sector militar son relevantes. No existe un registro riguroso de estas emisiones de las fuerzas armadas y la información de la industria militar es, en general, deficiente e incompleta. Sin embargo, se estima que las emisiones de GEI del sector militar (fuerzas armadas e industria militar), representan el 5,5% de las emisiones mundiales, similares a las emisiones de la aviación comercial.
Según el Reglamento Europeo sobre el Clima, los países de la UE deben reducir las emisiones de GEI al menos en un 55% de 1990 a 2030, con el objetivo de la neutralidad climática en 2050. En el caso del Estado español , la Ley 7/2021 de cambio climático y transición energética establece el objetivo de reducir, en 2030, las emisiones de GEI en un 23% respecto a niveles de 1990. La ley española excluye todas aquellas actividades, instalaciones, equipamiento y armamento, cuyo objetivo sea la protección de los intereses esenciales de la Defensa Nacional y de la Seguridad Pública (disposición adicional 1a).
De hecho, en España se desconocen las emisiones de las Fuerzas Armadas y la información de la industria militar suele ser muy incompleta o inexistente, con alguna excepción.
Las emisiones de GEI asociadas a las fuerzas armadas y la industria militar deben contabilizarse en el total de emisiones y deben reducirse. En caso contrario, si el resto de sectores económicos alcanza la neutralidad de emisiones, ésta será falsa ya que el sector militar seguirá emitiendo. Por otra parte, si no se informa de estas emisiones no se podrá realizar un seguimiento ni implementar medidas de reducción.
La Estrategia de Seguridad Nacional y la Directiva de Defensa Nacional de España señalan el cambio climático como fuente potencial de amenazas para la seguridad nacional, como lo hace con las migraciones climáticas. También señalan la creciente escasez de recursos como un peligro para la seguridad energética. Afirman que deben afrontarse estos peligros, incluso, si es necesario, militarmente. Documentos homólogos de la UE y de la OTAN expresan lo mismo.
Por todo ello, pedimos al Gobierno español que:
- Informe de las emisiones de GEI de las Fuerzas Armadas españolas.
- Obligue a las empresas del sector de defensa y seguridad a declarar de forma segregada las emisiones de GEI correspondientes a la fabricación de armamento y de material de defensa.
- Declare las emisiones de GEI asociadas a las fuerzas armadas y a la industria armamentista en los informes que remite a los distintos organismos internacionales.
- Impulse un acuerdo entre los estados, en las próximas COP, para establecer la obligatoriedad de informar sobre (y de reducir) las emisiones de GEI del sector militar: fuerzas armadas e industria armamentista.
- Dirija los recursos que destina a protegerse, tanto de las migraciones climáticas como de la inseguridad energética, a promover la justicia social y medioambiental.
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La campaña ‘Descarbonizar Es Desmilitarizar‘ busca reforzar los vínculos entre las reivindicaciones pacifistas, ecologistas, feministas y por la Justicia Global, entendiendo éstas como inseparables en sus objetivos. Asimismo, pretende extender la idea de que una sociedad ambientalmente más justa es inseparable de una sociedad desarmada y desmilitarizada.
Es una iniciativa del Centro Delàs de Estudios por la Paz, Ecologistas en Acción y Extinction Rebellion.
Lista de adhesiones
Ecologistas en Acción
Extinction Rebellion
Centre Delàs d’Estudis per la Pau
Greenpeace
Lafede.cat – Federació d’organitzacions per a la justícia global
AIPAZ
Plataforma Desmilitaritzem l’Educació de Catalunya
Observatori del Deute en la Globalització
Justícia i Pau Barcelona
FundiPau
WILPF España
Alternativas Noviolentas
Unipau (Universitat Internacional de la Pau)
SETEM Catalunya
Irídia – Centre per la Defensa dels Drets Humans
Fundación Cultura de Paz
Alternativa Antimilitarista.MOC/ADNV(Canarias)
Ecologistas en Acción-Córdoba
NovactEnd Fossil BCN
Instituto de la Paz y los Conflictos, Universidad de Granada
Ongi Etorri Errefuxiatuak
Ecologistas La Parrilla
Coordinadora Andalucía con Palestina
La Guerra Empieza Aquí
CCOO de Catalunya
Asociación Paz con Dignidad
Burla Verde O Courel
Ecologistas en Acción de Sanlúcar
CNT-AIT Granada
La Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo
Assemblea 15M de Sarrià-Sant Gervasi
IPB Barcelona
DonesxDones
Comissió Catalana d’Acció pel Refugi
Antimilitaristes-MOC València
Pressenza
Coordinadora Andaluza de Mareas Blancas (CAMB)
Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública (ADSP)
Servei Civil Internacional de Catalunya (SCI CAT)
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«Las fuerzas militares de los Estados Unidos dejan una huella de carbono inmensa. Al igual que las cadenas de suministro empresariales, utilizan una amplia red mundial de buques portacontenedores, camiones y aviones de carga para abastecer sus operaciones de todo lo necesario, desde bombas hasta ayuda humanitaria e hidrocarburos. Nuestro nuevo estudio calculó la contribución de esta descomunal infraestructura al cambio climático.«
«Las operaciones militares contaminan los ecosistemas terrestres y acuáticos con sustancias tóxicas o materiales peligrosos, consumen ingentes cantidades de combustibles fósiles en aviones, barcos y vehículos terrestres y son responsables de la deforestación y de la pérdida de biodiversidad. Las minas y bombas sin estallar inhabilitan las tierras para usos agropecuarios y permanecen como peligros permanentes para la población. La producción, el almacenamiento, el transporte y la eliminación de armas biológicas, químicas y nucleares son potenciales factores de agresiones medioambientales.»
«Las cinco principales empresas de la industria militar española generaron 694.000 toneladas de CO2, según el Centre Delás. El ranking de las empresas más contaminantes lo encabeza Indra, una de las mayores fabricantes de componentes electrónicos para la fabricación de armamento, con 92.878 toneladas de CO2. Airbus, con 48.970 toneladas de CO2 o la empresa pública Navantia, con 13.723, son otras de las compañías de la economía militar que más gases de efecto invernadero (GEI) aportan a la atmósfera.«
«Los ejércitos, incluso sin contar los impactos que se desatan directamente en las guerras, representan el 5,5% de las emisiones globales, según un informe de 2022. Es el equivalente a lo que emite toda la industria a nivel mundial, y más del doble de lo que contamina la aviación comercial. O dicho de otra manera, si los ejércitos «fueran un solo país, serían el cuarto mayor emisor del mundo, por delante de Rusia», explica a RTVE.es Stuart Parkinson, director de la organización científica Scientists for Global Responsibility y coautor de dicho informe.«
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