El próximo 21 de noviembre comenzará el debate parlamentario sobre los Presupuestos Generales del Estado más militaristas de la democracia, si no logramos evitarlo. Un debate que, a buen seguro, resaltará el importante aumento del gasto social, ocultando que la mayor subida se la llevará el gasto militar. Animamos, por ello, a participar en esta protesta ante el Congreso, pues el gasto militar, que deberíamos llamar «despilfarro militar» no nos aporta ningún beneficio a la inmensa mayoría de las personas ni nos da más seguridad humana.
El aumento escandaloso del gasto militar, el intervencionismo en el extranjero con cerca de 20 mal llamadas «misiones de paz» y el apoyo a la industria de armas nos convierten en agentes de guerra, alimentando conflictos y buscándonos enemigos donde no los teníamos, olvidando que la seguridad es un concepto compartido que se basa en relaciones de confianza y que la amenaza rompe ese equilibrio. Desgraciadamente, pertenecemos a una organización, la OTAN , que acapara el 56% del gasto militar mundial, más de un billón de euros y que todavía le parece poco. No es por la paz, la libertad o la justicia, que necesitarían otras inversiones; es sencilla y llanamente por la dominación, por el poder.
La creciente inversión en I+D militar, en fabricación de armas y en su exportación no mejorará la sanidad o la educación ni reducirá los riesgos de la emergencia climática, ni facilitará una vida digna a pensionistas, ni el acceso a la vivienda a jóvenes y trabajadores que no llegan a fin de mes, ni ayudará a prevenir y extinguir incendios, ni cuidará de la naturaleza, ni mejorará las residencias de personas mayores, ni las condiciones laborales, ni la seguridad alimentaria…De tan inmenso despilfarro sólo sacarán beneficio unos cientos de señores de la guerra. A pesar de la insistencia en que debemos llegar, por exigencias de la OTAN a gastar el 2% del PIB en preparar la guerra, tenemos que denunciar que hace años que hemos superado esa cifra, pues el gasto militar oculto en otros ministerios y organismos duplica el gasto militar oficial que ascenderá, si no se corrige, a los 48.800 millones de €. https://alternativasnoviolentas.org/2022/10/22/gasto-militar-en-espana-para-2023-48-800-millones-de-euros/
Saludamos el llamamiento de la convocatoria a la solidaridad internacional entre las mayorías trabajadoras, pues nos parece una indecencia empresarial y sindical vendernos que hay que elegir entre producir armas que matarán a otros trabajadores o quedarnos en el paro. Hay alternativas y las élites que nos gobiernan lo saben. Por nuestra parte, animamos a toda la sociedad a combatir no sólo el militarismo que entrañan los presupuestos del estado sino también a promover otras necesarias desmilitarizaciones, entre ellas:
- La desmilitarización de las mentes, para que no nos sigan engañando con la inevitabilidad de la guerra y la violencia.
- La desmilitarización de la cultura, para que, entre otras cosas, dejemos de admirar como héroes de la patria a quienes fueron criminales de guerra.
- Desmilitarización de la historia, concebida como relato vertebrado por guerras e imperios.
- Desmilitarización de la economía, que somete a determinadas regiones al monocultivo militar.
- Desmilitarización de los territorios, susceptibles de ser considerados de «interés para la defensa» y convertirse en escenarios para el entrenamiento y la preparación de las futuras guerras.
- Desmilitarización de las fronteras, convertidas en muros defensivos de privilegios, donde los derechos humanos más elementales agonizan cada día.
Para quienes quieran seguir profundizando en la verdadera dimensión y función del ejército español recomendamos este libro publicado en nuestra página: «Manual para entender el militarismo (y luchar por la desmilitarización)» https://alternativasnoviolentas.org/2021/07/05/manual-para-entender-el-militarismo-y-luchar-por-la-desmilitarizacion/
No basta con ser buenas personas y condenar todas las guerras. Tenemos que desaprender la guerra, buscar la manera de hacer imposibles las guerras. Tenemos que aprender a resolver los conflictos de manera noviolenta para lograr una paz justa, creativa y duradera que sea mucho más que ese tiempo que trascurre entre una guerra y otra.
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