Paremos las Guerras.

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Cuando se va a cumplir un año de la invasión de Ucrania por el ejército ruso, aunque minoritarias, hay voces que reclaman el fin de la guerra, el fin de esta orgía de odios, manipulación, mentiras, amenazas, destrucción, dolor, mutilación y muerte.

Destacamos en Madrid el Ciclo de Teatro contra la Guerra que organiza el Teatro del Barrio, en el que se incluye la charla-coloquio que organiza Desarma Madrid el martes 21 a las 19 hs.( https://teatrodelbarrio.com/no-a-las-guerras-charla-coloquio/) El lunes 20 el colectivo Yayoflautas de Madrid, con una amplia trayectoria en la defensa de lo servicios públicos, los derechos humanos y la protesta contra la guerra harán su manifestación semanal en Sol a las 19 hs, desde la Mariblanca reclamando el fin de la guerra. El sábado 25 habrá una manifestación de colectivos con muy distintas sensibilidades, que partirá de Callao a las 12 hs hasta el ministerio de Asuntos Exteriores. Destacamos las reivindicaciones de Desarma Madrid: Alto el fuego. ¡Negociación ya! Gastos militares para fines sociales. Finalmente el domingo 26, Mujeres de Negro contra las Guerras dedicarán la concentración en silencio de cada último domingo de mes a las 12 hs en la Plaza Mayor a reclamar el fin de la guerra y la acogida a objetores y desertores de Rusia, Ucrania y Bielorrusia.

Es urgente poner fin a esta guerra que, como todas las guerras, supone una violación sistemática de los Derechos Humanos por todos los contendientes y sus colaboradores, que no hará justicia y que condicionará el futuro no sólo de Ucrania y Europa sino también el de los países más pobres y el de los más pobres de todos los países. Por ello, desde algunos colectivos, nos parece que lo más urgente es reclamar un Alto el Fuego para que callen las armas y se vuelva al diálogo y la negociación que nunca se debieron abandonar.

Hoy cualquier mente sensata no militarizada se preguntará por qué murieron los Acuerdos de Minsk dejando paso a la guerra. La sabiduría popular nos dice que dos no se pelean si uno no quiere. Aquí parece que los actores son más de dos y que, desgraciadamente, todos querían la guerra, porque no hicieron nada por evitarla y sí mucho por prepararla. Negociar ahora es mucho más difícil que hace un año pero también mucho más necesario. Hay que parar esta sangría humana, económica y moral en la que nos han metido los Señores de la Guerra. ¿Cuántos miles más de muertos se necesitan para que acabe la guerrra? ¿No hemos aprendido nada de la 1a y 2a Guerra Mundial? ¿Por qué esta escalada belicista que nos puede llevar a la 3a y última guerra mundial? Si no somos capaces de protestar para parar la guerra por empatía con las miles de víctimas inocentes ni por la defensa de los Derechos Humanos, protestemos al menos por
egoísmo, en defensa propia, porque nuestra seguridad está ligada a la seguridad de quienes nos han señalado como enemigos. Más tanques, más aviones, más logística militar, más dinero, sólo traerán más dolor, más muerte, más destrucción, más amenaza y más riesgo de una espiral sin límites. Es hora de darnos
cuenta de que la “lógica militar” nos destruye al no poder garantizarnos, en último extremo, más que la destrucción mutua.

Defender el militarismo es invertir enormes recursos en nuestra propia destrucción y la de los demás. Por ello, es muy pertinente la última de las reivindicaciones: Gastos Militares para Fines Sociales. Invertimos en preparar y hacer la guerra, en garantizar la muerte de otros lo que necesitamos para hacer frente a la extrema pobreza, la emergencia climática, las pandemias, las catástrofes naturales como los terremotos o las menos naturales, como incendios, inundaciones o pérdida de biodiversidad. El envío de tanques españoles a Ucrania no traerá la paz ni parará la guerra, pero, para quien quiera sacar conclusiones, nos ha desvelado
que hay miles de millones de euros invertidos en maquinaria de guerra inutilizada en hangares y bases militares, almacenados para “por si acaso”. Sin embargo, como ha puesto de manifiesto el terremoto en Turquía y Siria, hay muy pocos hospitales portátiles, viviendas prefabricadas, grúas y maquinaria pesada ,vehículos de emergencias y medios de transporte, servicios civiles bien organizados y dotados de material adecuado en pueblos y ciudades, para hacer frente a los “por si acaso” de las catástrofes, cada vez más probables. Es evidente que no estamos poniendo la vida en el centro.

Comprobamos con esperanza que, más allá del asfixiante pensamiento único que nos imponen los medios y las autoridades del ombligo occidental, hay voces sensatas y críticas que reclaman el fin de la guerra y el comienzo de negociaciones, como el presidente Lula de Brasil, Petro desde Colombia, muchos de los países no alineados, honrosos partidos en la Europa sometida, o el papa Francisco, con poca audiencia en la católica España, pero con clara oposición a las guerras desde
sus principios y creencias.

Animamos a participar, difundir y apoyar estos actos y a tomar la iniciativa en la construcción de la paz, pues es demasiado importante para dejarla en manos de políticos, militares y empresarios, que anteponen su patriotismo y sus negocios a los principios de la justicia y la paz. Animamos también a releer los artículos de nuestros colaboradores con motivo de esta trágica guerra, evitable como todas las demás.

https://alternativasnoviolentas.org/2022/02/08/como-se-prepara-una-guerra/
https://alternativasnoviolentas.org/2022/03/18/la-guerra-es-un-fracaso-militar/
https://alternativasnoviolentas.org/2022/06/18/lecciones-de-la-guerra-en-ucrania/
https://alternativasnoviolentas.org/2022/08/16/mejor-negociar/
https://alternativasnoviolentas.org/2022/02/22/ucrania-otra-guerra-de-poder-otra-guerra-evitable/
https://alternativasnoviolentas.org/2022/02/25/desaprender-la-guerra-proteger-a-quienes-cuidan-y-acogen/

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